Inteligencia Artificial y el Cine: Capitulo XXXI: Reflexiones desde la AI Summit NY 2024

El tema de fondo es el presente real e imaginario

Y otra vez aquí. Y otra rueda que gira.

El eterno balance de lo imperfecto en un ciclo sin fin. Los budistas sostienen que es por la rueda del karma que se reencarna de vida en vida. Quien sabe… por de pronto la rueda que gira hoy día se llama Inteligencia Artificial.

La mentada inteligencia artificial (IA) ya no es un concepto futurista ni una proyección de optimistas visionarios; fantasiosos o farsantes: es una realidad presente y tangible.

Y este artículo de que la va?

Les cuento de que va...

Aquí estamos, en el corazón de la AI Summit NY 2024, en el Javits Center de Nueva York (USA), presenciando cómo la IA no solo transforma las industrias, sino que redefine las preguntas fundamentales sobre el arte, la creatividad y el conocimiento humano… entre otras cuestiones entre filosóficas, epistemológicas, existenciales y paradójicas.

Pero ¿Por qué importa este evento?

Porque lo que aquí sucede no es un simple intercambio de ideas tecnológicas, sino la manifestación de un cambio sísmico en cómo entendemos – o no entendemos- el mundo.

El impacto de la IA no discrimina (algo bueno en cierto sentido): desde los negocios hasta la educación superior, y especialmente en la industria audiovisual, está ocurriendo ahora mismo, en todos lados y al mismo tiempo (si, como el nombre de la pelicular ganadora del Oscar)

La IA y la Industria Audiovisual: Una Revolución Permanente y constante

Un tiempo atrás -no tanto ni tan poco- y desde el advenimiento del CGI, el motion capture, el blue screen y los efectos visuales, la industria del cine y las series ha sido un laboratorio de experimentación tecnológica. Una usina y caldo de cultivo para la exploración en busca de atrapar audiencias.

Pero sucede que la IA lleva este proceso un paso más allá, desdibujando las líneas entre lo humano y lo artificial de una manera entre divertida y siniestra. Como un “dos caras” como Jekyll y Hyde, como Smeagol y Gollum…

Aquí en Nueva York, en cierto sentido el centro del mundo y durante esta cumbre, destacan aplicaciones como la creación de guiones generados por IA, animaciones hiperrealistas y herramientas que sintetizan voces para doblajes y narraciones.

Pero a su vez tenemos Big Data, organización para organizaciones y los mismos nombres del poder de las corporaciones haciendo su salto cuántico en el mundo IA.

Y a nadie se le escapa una idea. Hablando con muchas personas, de grandes (grandes en el sentido de tamaño y poder financiero, no “grandes” por su aporte a la humanidad) el punto crítico pareciera estar centrado en solo dos áreas. La primera es en agilizar la circulación de datos con orden para ser leída, interpretada y usada para los negocios por otras corporaciones que a su vez confían en estas para que les resuelvan su uso. Y la segunda en saber cuáles Start-Ups tienen potencial para que los inversores (los mismos que invierten en minería o soja) busquen ganar fortunas sobre las ideas de “visionarios” cuyos proyectos lograron al menos pasar la fase Beta.

Y quiero se claro con esto: no me parece mal. Y quiero ser aún más claro: tampoco me parece bien. El bien y el mal no tienen aquí ningún lugar. Las distribuciones maniqueas de la oposición de conceptos también constituyen una forma binaria (como los algoritmos) de entender -o no entender- la vida y las cosas.

Hemos visto un ejemplo fascinante presentado en la cumbre, que es la capacidad de la IA para analizar millones de horas de contenido audiovisual y generar insights que guían decisiones creativas y comerciales. Algo así como adivinación algorítmica.

Pero y… ¿Qué significa esto? Concretamente que una IA podría sugerir no solo qué tipo de película producirá más beneficios, sino también cómo estructurarla emocionalmente para maximizar su impacto en la audiencia. Algo que los guionistas buenos ya saben, que la psicología ha estudiado y expuesto y que los manipuladores del mundo del comercio intuyen como serpientes oliendo el aire…

Pero que lo haga una maquina plantea una pregunta inquietante: ¿quién está realmente dirigiendo la narrativa cuando la IA participa en cada etapa del proceso? Ya hemos hablado en nuestros 30 artículos anteriores sobre Skynet, la Matrix y la omnipresente tecnología. Pero esto sigue. Como todo circo.

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La IA como Herramienta en la Animación y el Doblaje

Uno de los paneles más fascinantes en la AI Summit abordó en forma tangencial, indirectamente y desde una mirada casi ingenua, el futuro de la animación y el doblaje. Y quieren saber que va a pasar. En cierto sentido lo predestinan.

La tecnología actual permite a la IA replicar las características vocales de actores con una precisión asombrosa, abriendo un abanico de posibilidades creativas y portales al fraude, la manipulación, la extracción de información y la estupidez en general.

Por ejemplo, los estudios (especialmente los “majors”) pueden utilizar la voz de actores ya fallecidos o crear versiones multilingües sin depender de dobladores tradicionales.

En animación, la IA ya está ayudando (o exterminando) a generar movimientos más fluidos y realistas. Pero esto no es solo una cuestión técnica; es un cambio filosófico en cómo concebimos la autoría artística.

Si un software puede generar emociones humanas convincentes a través de personajes animados, ¿dónde dejamos el concepto de "genio creativo"?

Por mi parte tengo algunas sospechas. Y esto me lleva a un espacio en donde lo neuronal se cruza en una intersección con el wifi.

Y mientras tanto… en la Educación Superior: IA como Revolución Académica

La AI Summit también ha puesto de relieve el impacto de la IA en la educación superior. De hecho algunos panelistas pertenecían a prestigiosas universidades consideradas Think Tanks (usinas generadoras de ideas)

Hay de todo: desde plataformas que personalizan el aprendizaje según el estilo de cada estudiante hasta simulaciones inmersivas que recrean contextos históricos o científicos, como un paradigma “Westworld”.

Es claro que la IA está transformando la forma en que aprendemos y enseñamos. Lo que no es claro es si Dante lo describiría como Cielo o Infierno.

Un ejemplo destacado (en el sentido positivo o al menos practico) es la colaboración entre universidades y empresas tecnológicas para desarrollar "profesores virtuales" que complementen la enseñanza tradicional. ¿Dije complementen? Si, por ahora… hasta que los reemplacen.

En el contexto de la industria audiovisual, esto podría traducirse en laboratorios virtuales donde estudiantes de cine experimenten con efectos visuales o simulaciones de rodaje en entornos virtuales. Muy divertido pero seguro, didáctico, quizás. Alienante: seguro.

Filosofía y Creatividad: Reflexiones desde la Cumbre

La palabra Cumbre es apasionante “Summit” en inglés, el gran pico, desde donde se mira al mundo… y quien puede verlo todo domina la estrategia de la guerra. Lo escribió Maquiavelo, y ya lo había redactado Shun Zhu en su Arte de la Guerra.

Lo cierto es que la IA nos obliga a reconsiderar cuestiones filosóficas fundamentales. O al menos a no dar por hecho lo obvio. En todo caso y por de pronto en pensar como pensamos o somos pensados.

Volvemos a uno de los tópicos que hemos considerado en los últimos tiempos. ¿Es la creatividad exclusivamente humana?

Claro que no pretendemos dar una si o u no a una pregunta que tanto podría ser filosa como una simple perogrullada si acaso solo se sostuviera en la estantería de las frases hechas. Pero no. En serio. ¿Es la creatividad exclusivamente humana? En lo que respecto a quien escribe y con el permiso de hacerlo en tercera persona como Julio Cesar o Maradona, el autor piensa que no.

La creatividad es un atributo de alguna clase de divinidad. Al menos eso nos cuentan diversas escrituras sagradas de las tradiciones mas variadas del mundo. Y si como la mitología nos cuenta, los dioses no son humanos… pues la creatividad es un atributo de… una cierta forma evolucionada de la energía que algunos llaman consciencia.

Interesante que en la AI Summit, un ponente señaló que "la creatividad es la capacidad de combinar elementos de formas novedosas". Bajo esta definición, ¿podemos llamar creativa a una IA que combina datos para producir algo nuevo? Aunque no nos encante la idea, tampoco podemos desmentirla. Astroboy, el niño robot tenía sentimientos.

En nuestro Zeitgeist (nuestros signo de los tiempos), la tecnología refleja nuestros miedos y aspiraciones.

Al final, la IA, al igual que el cine, es un espejo de nosotros mismos.

Un espejo que puede producirnos pánico pero que a la vez, no debemos temerle, al menos no a un punto de parálisis. Como cualquier herramienta, su valor depende del uso que le demos. Y aunque suene simplón, es una verdad a gritos.

Es, en palabras de uno d\e los panelistas, "una extensión de nuestras capacidades, no un reemplazo de nuestra humanidad". (o algo parecido se dijo) En todo caso, lo que interesa es que nuestra convención sobre el mundo de los sentimientos, las percepciones y la humanidad, podría revelarse en poco tiempo como al menos, limitada.

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Un Futuro en Construcción

Hacia el final, en el cierre de la cumbre, se habló de la necesidad de construir un marco ético que guíe el desarrollo y uso de la IA. Y cuando nosotros, como humanos en ciernes -y bastante primitivos- hablamos de humanidad y ética, es porque en el fondo estamos asustados y queremos controlar a los otros…

¿Quiénes son los otros? Pues, los que no son “nosotros”. Obviedad que puede ocultar la potencia de la idea sobre la otredad y el Ser. Porque al final de cuentas los otros en forma extrema son aquellos que no comparte nuestras características intrínsecas. Para el oro, el plomo es el otro, para las almejas, los otros son los rinocerontes, para los torcidos, los otros son los mundos angulares y así hasta el infinito (si, y más allá también…)

Es especialmente relevante tener en cuenta todo esto en la industria audiovisual, donde las líneas entre lo real y lo ficticio ya son borrosas. Cuando no directamente un enchastre.

Como nos advirtieron los grandes pensadores del siglo XIX en épocas de profundos cambios por venir y guerras aun no existentes pero evidentes sin necesidad de Nostradamus: la humanidad es un concepto y Mary Shelley con su criatura creada por el Doctor Frankenstein puso un broche de oro en la relatividad del mundo sentimental y existencial de la humanidad.

Y ahora entonces, ¿Cómo regulamos el uso de IA para evitar que perpetúe sesgos o comprometa la autenticidad artística? Otra conversación. Otros momentos. Otras inquietudes.

Aquí, desde el Javits Center y en medio de la ebullición de las estalactitas que prefiguran la caverna simbolica de Platon, queda claro que la IA no es solo una herramienta; es un catalizador de cambio, un agente simbólico y real de la cristalización del futuro.

En la industria audiovisual y más allá hacia todos los costados y alturas posibles, nos enfrentamos a un futuro donde la colaboración entre humanos y máquinas será esencial.

Y hablamos de colaboración lo cual tiene implicancias en el modus operandi de la entidad porque solo colaboran los pares…

La pregunta no es si la IA cambiará nuestras vidas (más que nada porque ya sabemos la respuesta), sino cómo elegimos adaptarnos a este cambio o si alguien así lo prefiere, erigirse en un John Connor y buscar acabar con Skynet. Buena suerte con eso.

Para Peliplat desde el planeta de los Simios hacia los refugiados de Zion, Tomas Stiegwardt cierra este reporte.Image description

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