- Llegada al nuevo mundo: El cine antes de ser cine.
Fueron los concesionarios pertenecientes a la casa Lumiere con el cinematógrafo contra el quinetoscopio de Edison (Thomas A. Edison ) que expandían su lucha adentrándose a los mercados sudamericanos para dar a conocer el invento del siglo, el cine.
La influencia norteamericana y europea era inevitable en los primeros años de la ola que invadió el mundo de manera rápida en menos de 5 años a finales del siglo XIX. Primeros films como “Muchachos bañándose en el lago de Maracaibo” veían la luz en los primeros años de 1897 junto a otras producciones en Venezuela que llegaban gracias a la casa Lumière en este caso específico. Imagina estar ahí sentado un 25 de enero en una sala viendo las fotografías cobrar vida. ¿Era esto alguna idea de entretenimiento momentánea o era algo que tendría futuro? Muchos tomarían ese riesgo a principios de siglo, no solo en Europa y Estados Unidos más específicamente, también en el sur del continente veían con expectativa y entusiasmo este maravilloso invento.
Todos estaban al mismo nivel y la experimentación era algo que ocurría simultáneamente en el mundo; un claro ejemplo es Georges Méliès , que a principios implementaba el montaje y la superposición en sus producciones como herramientas añadidas al hecho de narrar. “Viaje a la luna” (1904) era realmente avanzado a su época o era el resultado de explorar y encontrar resultados. Muchas veces se piensa que las personas en el pasado eran básicas, pero la llegada del siglo XX nos dio las bases de lo que muchos consideran innovador: ideas y herramientas, estilos nacían de la imaginación y la constante experimentación del hombre a principios del siglo. Otro ejemplo de esto ocurría en Argentina para 1917. Mucho antes que Walt Disney, Quirino Cristiani lanzaba el primer largometraje animado del mundo, “El Apóstol”. 58.000 dibujos a 16 cuadros por segundo completaban la obra de este argentino de raíces italianas, se estrenaría el 9 de noviembre en el cine SELECT LAVALLE, permaneciendo en cartelera por 6 meses consecutivos. Hacer referencia a esto es entender que Hollywood no siempre llevó la vanguardia en este arte y al esculcar en la historia encuentras datos que te hacen entender lo maravilloso del cine y su aporte a la sociedad.
A inicios del siglo XX el auge del cine tomaría fuerzas, no eran solo curiosos o un grupo de jóvenes entreteniéndose con lo último del momento, ya tomaba fuerza una industria que nacía en distintas partes. En Colombia, un ex fraile franciscano llamado Antonio J. Posada se entusiasmaba por llevar la obra “María” al cine. Un camarógrafo español, Máximo Calvo Olmedo , llegaría a Cali en 1921 y luego a Buga. La alta vegetación de la época, el clima cálido y los atardeceres que emulaban cuadros de Monet eran idóneos para que naciera Valley Films Co. La cual se haría cargo del rodaje de la famosa obra de Jorge Isaacs . Al final tenemos una cinta de 3 horas de duración que se estrenaría en la capital del país en el teatro Olympia el 11 de diciembre de 1924.
En Brasil, un territorio extenso vería el auge y declive del cine a través de los siglos XIX y XX, su primer filme fue un noticiario en 1898, un reflejo de su dependencia estatal clara para la época. Fue un proceso de más tiempo, pero la “Bela Época” del cine brasileño iniciaba sus pasos con producciones como “Os Estranguladores” de Francisco Marzullo , estrenada en 1906, o “Crime Da Mala” de Francisco Serrador y Alberto Botelho en 1909, lo cual generaba seguridad de la industria en el país.
Aunque para el momento existían las películas mudas, la técnica de películas cantadas daba una experiencia más realista para la época. Un ejemplo de esto es “Paz e amor” de Alberto Botelho, un claro aporte de técnica del cine de Brasil al mundo.
A este punto y obviando otros países más allá por su desarrollo gubernamental y cultural a la época, y más en que abarcar de manera extensa llevaría esto de artículo a ensayo y no sería la idea. Enfocarnos en los primeros casos distintivos como la producción animada, la creación de industria o las técnicas que daban inicio a géneros como los musicales mucho antes de que Hollywood siquiera lo considerara.
“EL CINE ES EL REFLEJO, DESEO Y RECUERDO DE CADA SOCIEDAD”
2. Ya no somos niños: El descubrimiento de la identidad.
Con la llegada del cine sonoro, llega por igual el descubrimiento de una identidad; no solo es como nos representamos, sino también como sonamos, qué ruidos, gestos y canciones nos representan. Atrás quedó la pianola predeterminada que resaltaba las emociones con tonos estridentes cuando se corría peligro, melodías alegres en escenas de amor.
Hemos tenido en la cabeza que Hollywood siempre estuvo a la vanguardia, pero a medida que nos adentramos en la historia nos damos cuenta de que, más allá de crear el star system para crear un mundo en torno a sus producciones, también observaba a los demás países para usar técnicas o estrategias que podían usar en un mercado extenso como lo es Estados Unidos.
Entonces, ver el crecimiento del cine partiendo desde Estados Unidos es una idea errónea; el principio del siglo XX nos muestra una línea de crecimiento proveniente de todos los rincones del mundo. El cine era lo que al hombre en su momento y en su sociedad le convenía.
En México, las rancheras tomaban lugar y sus figuras como María Félix, Pedro Infante, Jorge Negrete , entre muchas más, daban vida a personajes memorables; era evidente el toque cultural en sus producciones predilectas. Un ejemplo de ello es "Allá en el rancho grande" de 1916, dirigida por Fernando de Fuentes, o "María Candelaria", producción de 1944, una clara identidad de México en la pantalla grande protagonizada por Pedro Armendáriz y la legendaria Dolores del Rio .
Esta identidad y auge de éxito que se extendería desde la década del 30 hasta finales de los 50 imitaba el star system norteamericano, un elemento capaz de acelerar la famosa “época dorada del cine mexicano”. Entonces era un inicio competitivo o el conocimiento era compartido, llevando las técnicas creadas por otros a su cultura en pro de un desarrollo más refinado.
Argentina, por igual, aun estando muy al sur, creaba un star system en torno a sus producciones; películas como “El ángel desnudo” de 1944, dirigida por Carlos Hugo Christense , generaban un mito en torno a la actriz Olga Zubarry .
El interés de hablar de cine avanzaba por igual; “La Crónica”, un segmento de Crítica, un periódico de la época, abarcaba aspectos que hoy día son fundamentales: la fotografía, efectos y el uso de la música intrínseca en la historia. Personajes como Gardel llevaban el tango y la cultura argentina alrededor del mundo. Podrías estar en Medellín y jamás haber pisado suelo argentino y aun así saberte las canciones emblemáticas de “Tango Bar” de 1935, dirigida por el austriaco John Reinhardt .
¿La globalización inició mucho antes?
Brasil, a pesar de su diferencia con los demás países de la región por el idioma, no se quedaba atrás, partiendo de los años 30´ producciones como “A voz do carnaval” de 1933 retrataban el folclor propio y carnavalero único de su país. Dirigida por Adhemar Gonzaga y Humberto Mauro . Las famosas chanchadas le daban la vuelta al mundo, representando lo jocoso y burlesco de producciones norteamericanas. Un estilo único capaz de llevar a más de cuatro millones de personas a las salas de cine en 1946 con “O Ebrio”, dirigida por Gilda de Abreu .
Es evidente la identidad cultural a mayor escala en cada país, un orgullo y deseo de mostrar su cultura y forma de vivir.
Por otra parte, Colombia vería un estancamiento a petición del embajador de Estados Unidos en la década del 30 al 40, que pedía no proteger el cine nacional, dando como beneficio la oportunidad de explotar el mercado de consumo por parte de Hollywood. Aun así, el cine no dejaría de ser cine y las personas siempre lucharon por contar sus historias por encima de lo injustamente impuesto por el entretenimiento norteamericano y esto vería un crecimiento de las producciones en los distintos países, siendo capaces de construir una narrativa única, un claro ejemplo del cine como representación e identidad.
3. Resistir unidos: ¿Estancamiento o negación?
A partir de este tiempo me gustaría profundizar en un fenómeno tratado desde muchos puntos de vista a través de la historia, pero partiendo de la pregunta: ¿Estancamiento o negación?
Una sensación de “aquí vamos otra vez”.
En la década del 60 era clara la fuerza de la industria cinematográfica en la mayoría de países de la región. De verlo como una batalla entre Hollywood contra el mercado latinoamericano, se podría decir que fue un momento cultural fuerte cuando de identidad hablamos.
Un momento importante y referente de la fuerza fue “El encuentro de cine latinoamericano” llevado a cabo en Chile en 1967, encabezado por Aldo Francia y seguido por personajes como el cubano Alfredo Guevara y el argentino Edgardo Pallero , entre muchos otros.
Era evidente el crecimiento de la industria, no solo como individuos o países, ahora era un crecimiento como región. Pero, ¿qué pasó? Algo parecido a Pompella, el nivel de las producciones bajaría, el número de producciones por igual, a medida que las dictaduras militares tomaban lugar en los gobiernos de turno en el sur del continente, como una ola que no se veía venir.
Obviamente, la influencia norteamericana contra el comunismo afectaba el sur del continente y, por ende, cualquier demostración de arte que pareciera llevar la contraria a los verdaderos valores de la sociedad. Brasil no podía ser alegre; Argentina tenía que alargar la falda y el tango se bailaría separado desde ese momento en adelante.
Podríamos verlo como un fenómeno político, una mano negra influyendo en la cultura de sus vecinos, generando censura y descontrol.
Brasil vería el fenómeno de dos maneras: una postura de aceptación que permitía el mantenimiento de la industria a través del apoyo estatal militar, la posibilidad de producir a costa de un criterio de selección, burocracia y favoritismo. Un ejemplo de este fenómeno es “Toda nudez será castigada” de Arnaldo Jabor , lanzada en 1973, o “Bye Bye Brasil” de Caca Diegues en 1979, sin obviar el gran éxito en su momento “Doña Flor y sus dos maridos” de 1976, dirigida por Bruno Barreto . Todas estas películas fueron permitidas porque pasaron por una lupa cuidadosa, entonces, ¿dónde estaban los verdaderos directores o autores capaces de contar la realidad? La censura fue la respuesta.
Por otra parte, países como Colombia vivían un estilo de cine guerrilla; la mayoría de producciones, llegando al 98%, eran cortometrajes enfocados en política y sociedad, pero si no había dictadura, porque no había crecimiento. Era su actitud lacaya hacia Estados Unidos lo que permitía que producciones como “Star Wars”, y sin ánimo de criticar, se lanzaran en las salas de cine por encima de cualquier producción colombiana. Pero esas producciones seguían naciendo y lograban entrar a ver la luz aunque no hubiese un público para ellas; un ejemplo es “Cadáveres para el alba” de 1975, dirigida por Carlos Sánchez, el cual tuve el placer de tener como maestro en este mundo llamado cine en mis primeros años.
Una generación que representaba el sinónimo de resistir, algo único y macondiano:Pepe Sánchez, su hermano Carlos, Luis Enrique Castillo, Jorge Nieto y Fernando Reyes , entre muchos, muchos otros, daban lucha para mantener un cine propio, viviendo, produciendo cortometrajes que se convirtieron en evidencia de ello. Solo por mencionar, “Esta noche de frío” de Fernando Contreras lanzada en 1975, “El renacuajo paseador” de Luis Enrique Castillo Mateus lanzada en 1977 o “El pecado de ser indio” de Jesús Mejía García de 1976, que narra los hechos ocurridos en la frontera con Venezuela donde 16 indios cuibas eran asesinados.
En Argentina las producciones no disminuyeron, pero su calidad sí se vio afectada, comedias ligeras sobre valores familiares, religiosos y del trabajo y orden eran pan de cada día.
¿Fue la censura un estancamiento a las producciones, a la calidad de las historias, a la industria como tal, o fue un arma de doble filo que permitió el crecimiento industrial por sobre el cultural e identitario? El cine se mantenía vivo, solo que eran otras personas detrás de las cámaras y la palabra acción provenía no del director. Un ejemplo de producciones en época de dictadura en Argentina son “Estoy herido, ¡Ataque!” de Federico Alegre de 1977, “Amigos para la aventura” de 1978, “Brigada en acción” de 1977 y “Ganamos la paz; propaganda de la última dictadura militar” de 1977, todas dirigidas por Palito Ortega .
La dictadura en Latinoamérica, como en muchas otras partes, trajo beneficios como atrasos a las sociedades. Es claro entender que el autoritarismo solo se enfocara en ciertos aspectos, olvidando que el desarrollo de una sociedad necesita todo lo que conforma una sociedad y reprimir es un síntoma de miedo, miedo a lo nuevo, a avanzar y, curiosamente, mientras la maquinaria, la industria creció con innovación y herramientas más adecuadas, la idea, la escena se veía callada y censurada para no tener el mejor resultado posible para su momento. Entonces muchos directores sufrieron exilio y se negaron a narrar algo que no creían y, si Hollywood vio su crecimiento más importante precisamente en esa época, sus producciones ya estaban en el 80% de las salas del mundo. Y ahora una pregunta que dejaré: si crecimos con héroes y el estilo norteamericano, ¿por qué no hay héroes en las producciones latinoamericanas? Un indicio de la resistencia o un claro hecho de choque cultural.
4. Lo que es no deja de ser: Un nuevo renacer.
Después de una época oscura, el cine da pasos agigantados ya desde finales de los años 80, producciones llegaban a festivales a nivel mundial y sobresalían en un mercado no solo local, sino latinoamericano, en tiempos récord.
“ESTO ES LA INDEPENDENCIA”
Sobrevivientes y nuevos pensamientos llegaban a pararse tanto al frente como detrás de las cámaras. Una necesidad de resaltar problemáticas, realidades que por mucho tiempo se callaron, el cine tenía una responsabilidad. El afán de entretener, de enorgullecerse, quedó atrás. El cine en Latinoamérica tomaba una postura no vista antes. Una deuda con la persona de a pie, su historia, sus vivencias, sentirse identificado, ver el sueño del protagonista como propio. El sufrimiento por igual. Era una deuda a las voces que dejaron de hablar, las risas que dejaron de estar, a las Madres de Mayo, del palacio de justicia, a las almas de pequeños que por ser ellos y tener identidad fueron escondidos y exterminados en campos de concentración en Chile. Una deuda con la identidad, con la verdad era la bandera que nacía con el cine en tiempos de libertad.
Hoy dia Latinoamérica ha crecido y aunque comparte y aun siguen habiendo preferencias a las producciones del norte en las salas del cine, el cine latinoamericano es evidencia de lo mucho que el continente aporto a su desarrollo y crecimiento no solo en técnicas, sino en estilos narrativos y en los años posteriores a la dictadura producciones como “La noche de los lápices” de 1986 dirigida por Héctor Olivera en argentina reflejaba esa necesidad, “Lo que vendía” de Gustavo Mosquera R. en 1988 por igual, Colombia veía un crecimiento en el interés por el cine nacional, de poder identificarse y esos años de lucha silenciosa sirvieron como entrenamiento, no hay que envidarle a Hollywood, también tenemos historias por contar era la premisa de la época. Producciones como “Rodrigo D. No futuro” de Víctor Gaviria en 1990 reflejaban que los suburbios, las casas de madera y latón también tienen algo que contar. O la aclamada “La estrategia del caracol” de Sergio Cabrera de 1993, que refleja el despertar del hombre a pie, o “Cóndores no entierran todos los días” de 1989 de Francisco Norden . Entre muchas otras producciones, en sus respectivos países representan que el cine latinoamericano, a través de los años y las décadas, creció en la conciencia, aprendió a reírse de sus tragedias y a admirar las luchas de los que no tienen voto, a redescubrirse y seguir haciéndolo al punto de compartir y respetar identidades no como países, sino como un todo, Latinoamérica.
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