Grand Tour: El viaje de la vida

Tenía muchas ganas de poder hablar de la última película de Miguel Gomes: Grand Tour (2024). Siendo una de las pocas grandes películas de este año que me faltaban por ver, la verdad es que ha superado con creces las ya altas expectativas que depositaba en este nuevo trabajo del realizador portugués. A día de hoy, junto a Pedro Costa, Miguel Gomes es sin duda el realizador portugués más importante a nivel cinematográfico; algo que se vio constatado cuando se alzó con el Premio a Mejor Dirección en el Festival de Cine de Cannes en esta pasada edición. Habían pasado ocho años desde que un director portugués volviese a competir por la Palma de Oro en Cannes, justamente desde que lo hiciera el gran Pedro Costa.

Es difícil poner en palabras la experiencia a la que somete Gomes al espectador en cada uno de sus trabajos, que, a pesar de que sean películas que exigen mucho al que las está viendo, la recompensa es tan gratificante y única que merece la pena embarcarse en ellas. Es el caso de Grand Tour (2024), que se presenta como una odisea existencialista partiendo de una historia de amor que toma lugar en un tiempo entre guerras.

Trailer de Grand Tour (2024), de Miguel Gomes

Una historia de amor contada desde dos puntos de vista, siendo uno el del personaje de Edward y el otro el del personaje de Molly. Edward, que trabaja para el Imperio Británico, se embarca en una especie de huida sin rumbo aparente por los lugares más recónditos de Asia, mientras Molly intenta seguir su pista, ya que tenían previsto casarse. Es una cinta excelsa, profundamente poética, en donde la pasión y la melancolía más absoluta se ven separadas por una delgada línea. Una búsqueda a través de la memoria y el paso del tiempo, con el fin de conectar los estragos del pasado con las vicisitudes del presente.

La película está protagonizada por Gonçalo Waddington, Crista Alfaiate, Jani Zhao, João Pedro Vaz, Teresa Madruga y Manuela Couto, entre muchos otros. Grand Tour (2024) fue adquirida por “Avalon” para su distribución en España, pero a día de hoy sigue sin tener una fecha de estreno. Desconozco cuándo se va a estrenar en las distintas regiones de Latinoamérica, pero muy pronto se exhibirá en el VI Festival Internacional de Cine de Entre Ríos de Argentina.

Edward

Siento fascinación por esta nueva película de Miguel Gomes, porque se atreve en todo momento a ser rupturista y radical en las decisiones que toma, jugando con las formas en las que explora esta historia. Con un blanco y negro arrebatador, Grand Tour (2024) mezcla conceptos, creencias e imágenes multiculturales para construir un viaje en el que el espectador entra en una especie de trance.

Crista Alfaiate y Jani Zhao en Grand Tour (2024), de Miguel Gomes

Visualmente es tremendamente poderosa, en la que el desconcierto pasa a ser algo eléctrico y lo cual te atrapa por lo anodino y fascinante de la propuesta. Grand Tour (2024) reformula la concepción más tradicional del viaje del héroe, convirtiéndose en un viaje sin fin; lo que, para mí, es lo que hace que sea una cinta de un romanticismo sublime.

Por momentos recuerda a cierto cine documentalista de Chris Marker, sobre todo a la hora de ambientar la acción en las distintas regiones asiáticas en las que tiene lugar esta película. El recurso narrativo en el que usa distintos personajes anónimos de distintas lenguas y nacionalidades resulta algo muy interesante y que ayuda a que esa experiencia totalmente singular se haga aún más palpable en las carnes del que está siendo partícipe de igual manera de este viaje.

Molly

Como comentaba antes, Grand Tour (2024) está dividida en dos partes: una en la que seguimos la pista de Edward y otra en la que seguimos a Molly. Molly es la prometida de Edward, de quien este huyó para emprender todo el viaje que vemos en la película. Ella representa una manera de entender y enfrentarse a la vida totalmente opuesta a la de Edward, en la que su gran baluarte vital es la propia esperanza que le hace seguir hacia adelante.

La melancolía se torna abrasiva en una figura como la de Molly, que no está dispuesta a sucumbir ante la realidad de un más que posible desengaño. Esta segunda parte de la película se torna más sentimental, si cabe, y desoladora, pese a que Molly sea un personaje que se nos presenta como aquella que dispone de toda la vitalidad de la que carece Edward.

Clip de Grand Tour (2024), de Miguel Gomes

Esa dualidad y los recursos narrativos de los que se vale Gomes para darle una forma tan cinematográfica y envolvente son lo que hace de Grand Tour (2024) una de las obras más audaces de este año 2024. Gonçalo Waddington y Crista Alfaiate están pletóricos en los papeles protagonistas, cada uno ofreciendo un registro interpretativo que dista mucho del otro, pero que de igual manera funciona especialmente bien en lo que el director trata de buscar.

Su increíble montaje

Una de las grandes virtudes y cosas a reseñar de Grand Tour (2024) tiene que ver con su sorprendente montaje; algo por lo que la película ha sido premiada, como fue el caso en el pasado Festival Internacional de Cine de Valladolid (SEMINCI). Tiene ese tono documentalista que comentaba antes, donde la ficción y la realidad se ven totalmente desdibujadas. Tiene unos fundidos de transición e imágenes superpuestas que son de una belleza y de una coherencia narrativa que hacen que sea irresistible no sucumbir a su belleza.

La edición de sonido también juega un papel fundamental en Grand Tour (2024), destilando una sensación casi litúrgica con cómo se aúna el poderío visual con el resto de recursos formales que construyen la película. Gomes juega a su antojo rompiendo con esos fundamentalismos artísticos que recuerdan en parte a lo que vino a hacer Godard durante toda su carrera como cineasta. En ese anarquismo lleno de coherencia es donde se encuentran cosas tan fuera de lo normativo como lo que llegamos a ver en Grand Tour (2024).

Conclusión

Grand Tour (2024) es un viaje sin fin, arrebatadoramente romántico, en donde Miguel Gomes nos golpea a base de melancolía existencialista entre guerras. Una de las películas más audaces de este 2024, que, en lo que a mí respecta, ya es un clásico instantáneo del cine europeo. Después de haber visto casi todas las películas que compitieron en el pasado Festival de Cine de Cannes, y aunque adoro la película de Sean Baker, considero que Grand Tour (2024) era la película más interesante de todo lo que estuvo presente en Cannes; hubiera sido una más que digna y merecedora Palma de Oro.

Su montaje tan rupturista y su arrebatador blanco y negro hacen que uno se vea totalmente sumido en un trance del que no quiere despertar, con unas actuaciones protagonistas que son tan extrañas como increíbles. Quizás no sea una película para todo el mundo, ya que exige mucho en un primer momento. Pero, una vez que entras en ella, acabas embarcándote en una historia de amor que nunca has visto ser contada de tal manera. En definitiva, una de las películas que más me han encandilado de este año, saliéndose por completo de lo normativo o esperable.