El Juego de las Lagrimas, o la virtud del amor incondicional

Spoilers

En una primera impresión El Juego de las Lágrimas (The Crying Game, 1992) parece otro thriller de acción, sólo que matizado con ciertos tintes de realismo político. Un comando del IRA (Fergus, encarnado por Stephen Rea) debe custodiar a un rehén - un soldado norteamericano protagonizado por Forest Whitaker -, al cual piensan intercambiarlo por otros compañeros de armas encarcelados por el ejército inglés.

Pero Fergus no es un fanático extremista. Cree en su causa, pero también cree que a veces sus compañeros han cruzado los límites demasiadas veces con lo cual su justa ha terminado embarrada. Es un hombre de la calle que ha tomado las armas porque ama su patria y quiere obtener la independencia de su tierra, pero no está convencido de que la violencia extrema sea el método para solucionar los problemas.

En ese dejo de humanidad de Fergus es que Jody (Whitaker) aprovecha para acercarse a él. Es un hombre desnudo, indefenso, sólo puede apelar a las palabras para cambiar a su destino, y ve que Fergus no es un asesino a sangre fría. Cree que si se acerca y forma lazos, cuando llegue la hora de que Fergus deba ejecutarlo quizás pueda apelar a su humanidad; tener una chance de sobrevivir, sea porque Fergus se apiade y lo deje libre, o quizás quede perturbado con su debate moral interno (el rehén ha pasado a ser su amigo) como para que Jody pueda escapar… que es lo que termina ocurriendo, aunque la jugada derive en un desastre y Jody termine pereciendo arrollado en la autopista. Y como uno de esos chistes de humor negro que a veces reserva el destino, atropellado por un vehículo blindado de las fuerzas armadas británicas, las cuales deberían haber sido sus salvadores.

Fergus y una misión que le cambiará su vida

Pero las chances de Jody de salir con vida de ésta eran pocas, y si la salvación no llegaba, le había encargado a Fergus una tarea final, la última voluntad de un condenado: llegar a Londres, contactarse con su novia Dil y transmitirle un último mensaje de amor.

Y ahí es donde El Juego de las Lágrimas cambia radicalmente. Porque el guerrero reticente acepta la misión, una que le carcome las entrañas - después de todo, Jody ha muerto gracias a él, o más bien gracias a su impericia como sicario -, y debe hablar con la chica para transmitirle el mensaje. Es una deuda de honor que lo atormenta.

Y ahí es cuando conoce a Dil. Ella es radiante, puro carisma, la libertad en su máxima expresión. Imposible no encandilarse con esa belleza. La misión de Fergus se complica porque, lo que empieza como un encuentro casual, termina evolucionando en algo mucho más complejo y hasta comprometido desde el punto de vista moral. ¿Está bien que el torpe verdugo - responsable de la muerte de su amado - se involucre sentimentalmente con quien sería su viuda?.

Pero Dil es una bocanada de aire fresco en el mundo de violencia de Fergus. Es como si al guerrillero se le hubiera abierto una puerta del destino, la posibilidad de vivir una vida normal. De pronto Fergus envidia la vida que tenía Jay, la simpleza de la misma, de tener una persona que te ame, te espere en tu casa y no vea la hora de lanzarse a tus brazos y comerte a besos.

Y he ahí la enorme vuelta de tuerca que Neil Jordan nos ha reservado con su obra maestra. (asumo que todos los lectores ya han visto El Juego de las Lágrimas; sino, vayan corriendo a verla, sea en streaming, video online en alquiler, como sea, porque es el momento de los spoilers). Cuando en un momento de pasión Dil y Fergus se devoran a besos, y todo indica que va a ser una noche de pasión desenfrenada… Fergus que descubre que Dil es una transexual.

Dil… ¿una femme fatale?. Nada más alejado de la realidad. No es alguien que manipula hombres para mostrar su poder de seducción; es simplemente una persona que quiere ser amada por quien es.

Piensen que este filme es de 1992. No hay Internet, así que la información está limitada a diarios y revistas, filtrada con los códigos morales de la época. La mayoría de la población no tiene ni idea de lo que es una persona trans. Los movimientos por igualdad de derechos LGBT son una noticia menor que aparece a las perdidas en una pequeña columna en la cuarta o quinta página de los diarios, más si vivís lejos del Primer Mundo. La comunidad LGBT vive en el underground; todavía hay razzias y persecuciones policiales, y los pocos artistas que hay se presentan en lugares selectos cuya ubicación es reservada. El público viene de una generación ultra conservadora. Entonces ver a Dil, tan encantadora y extraordinariamente femenina, quedando desnuda y exponiendo sus genitales ante la vista de Fergus - que, en una mezcla de sorpresa y shock, termina vomitando en el baño del departamento de Dil - es también un shock impresionante para la platea.

Dil queda devastada. Qué peor para una persona trans que pasar por una nueva escena de rechazo. Uno imagina en retrospectiva toda la historia personal de Dil - salir del closet, lidiar con su familia para que acepten su sexualidad; quizás irse de su casa ante el rechazo, buscar un trabajo, formar su personalidad, estar atenta a las agresiones del mundo exterior… y, lo peor, haber encontrado al amor de su vida, el cual está muerto porque el destino lo ha puesto en el camino de Fergus - y ahora pasar por esto de nuevo. No está el antiguo amante, y el nuevo es tan inocente que nunca vio las señales sobre su verdadera esencia.

Pero el filme no termina ahí. Porque entre Fergus y Dil se ha formado lazos verdaderos, cosas profundas que escapan a las etiquetas de la sexualidad y el prejuicio. Fergus está sumido en una profunda tormenta de emociones, y sabe que Dil carece de maldad. De hecho, es lo mejor que le ha pasado en la vida mucho tiempo pero… ¿cómo reconciliar esos sentimientos con el deseo?.

Fergus no puede escapar de su pasado… como si problemas no le faltaran

Cuando los fantasmas del pasado asoman - Fergus es contactado por sus antiguos compañeros del IRA, a los cuales creía muertos en una emboscada por parte de los militares británicos -, el guerrillero debe decidir entre cumplir órdenes, escapar… o quedarse a proteger a Dil. Jude (la cabecilla, encarnada por Miranda Richardson) viene con una misión brutal… y Fergus ha probado los placeres de la vida civil. No está hecho para la guerra. Solo quiere vivir una vida normal.

Pero Fergus sabe que si Jude se entera lo que ha estado haciendo, vendrá por Dil. Necesita protegerla a toda costa y que mejor que despojarla de maquillaje, vestidos y su pelo largo. Esconder a la mujer en el cuerpo original de hombre que ella rechaza. Es un recurso brutal y desesperado, pero Fergus no quiere que lastimen a Dil. No es compasión, no es sensiblería… es algo más fuerte que no logra descifrar. ¿Quizás el más desesperado acto de amor?.

El duelo final es inevitable, y es Dil quien termina protegiendo a Fergus. Y para que la chica no sufra las consecuencias de todo lo mal que ha hecho Fergus hasta ahora, decide cargar con todas las culpas y terminar en prisión.

Pero la relación no se ha roto. Está ahí, latente. Dil visita regularmente a Fergus en la cárcel, lo torea, Fergus reniega… pero le encanta esa dinámica. El final es abierto - Fergus, después que salga de prisión, ¿terminará por aceptar a Dil y serán amantes? ¿o todo esto es una cuestión de nobleza y sentimientos platónicos formidables que quedarán en ese estado por siempre? -.

Hora de besos y flores entre Fergus y Dil; un momento de remanso en medio de la tormenta

Si hay una lección que enseña El Juego de las Lágrimas es que el amor es incondicional. No importa la edad, no importa las convicciones religiosas, morales o familiares; uno nunca sabe de quién se enamorará. Tu alma gemela carece de etiquetas; es la persona que saca lo mejor de ti, que te hace reir y que te hace disfrutar pasar cada momento juntos. Cuando uno lee discursos de odio contra la comunidad gay, es gente que se pone en un estamento moral superior y que se cree juez y jurado de cómo debe ser el mundo. Y la realidad es que el mundo ha sido así desde el principio de los tiempos. Lo único que han hecho los moralistas es marginar a las personas por su sexualidad, condenarlas a una vida clandestina, a la discriminación sólo porque no entran en la categoría correcta de su librito de moral. ¿Cómo se le puede negar a alguien el derecho de amar a quien sea? ¿El derecho a formar una familia, a ser felices con su naturaleza, a vivir en paz y libertad?. Para 1992 El Juego de las Lágrimas fue revolucionaria, deliciosamente subversiva - tomó las expectativas del público, las dio vuelta y se las lanzó a la cara… y todo el mundo quedó descolocado -. He aquí una persona heterosexual que se ha enamorado enloquecidamente de una chica trans; y lo que es mas lindo, se ha enamorado por su personalidad sin saber en absoluto sobre su verdadera sexualidad hasta que las cosas en su relación avanzaron de manera importante por la gran química que tenían entre ellos. Esta es una enorme historia de amor, una extremadamente compleja pero profundamente emotiva. Uno ama a Dil, sufre por Dil, llora por Dil, desea lo mejor para Dil. Como cada vez que la veo me conmueve como el primer día, es que la considero una de mis películas favoritas. Dil es una personalidad tan fuerte que derriba todas las barreras del prejuicio, te enseña la banalidad de las etiquetas y nos hace ver la riqueza de su alma, la cual es mucho más importante de lo que diga el envase.

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