La pandemia, trajo consigo muchas cosas nefastas, algunas ciertamente positivas, y otras que no sabría en cual de los dos grupos catalogar. Sobre todo en el medio cinematográfico. Las salas de cine, como todos recordaremos, estaban cerradas a cal y canto, y fue el comienzo de un declive comercial y de una devaluación del medio cinematográfico que hemos arrastrado hasta hoy día. En el otro lado de la balanza (o quizá sea mejor decir, de la plataforma), el hecho de que estuviésemos encerrados en casa sin parar de consumir contenido audiovisual y cinematográfico vía Netflix y derivados, dio la oportunidad a que pequeñas producciones tuviesen mucha más visibilidad, incluso convirtiéndose en fenómenos de culto. Y es en este contexto en el que nace “El hoyo” – en inglés traducida como “The platform” – una humilde pero efectiva producción vasca que exprime hasta la última gota sus, aparentemente, limitados recursos visuales – entendiendo esto como espectacularidad de localizaciones o multitud de actores y tramas – a través de una potente idea principal. La propuesta que el director Galder Gaztelu-Urrutia orquesta sobre un brillante guión escrito a cuatro manos entre David Desola y Pedro Rivero era una suerte de mezcla entre la mítica “Cube” de Vinzenzo Natali y el “High Rise” de Ben Weathly, amén de tomar prestado como base el cortometraje “Next floor” (2008) de Denis Villeneuve.
Plagios y homenajes aparte, el resultado caló hondo entre crítica y público, resultando ser una de las producciones españolas (con permiso de “La casa de papel”) más rentables de Netflix. Sus implicaciones socio-políticas, religiosas y metafóricas, mezcladas con una cuidada atmósfera de ciencia ficción y una banda sonora de lo más perturbadora, encumbró el trabajo de Urrutia como uno de los mejores del año.
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Y, claro está, donde hay rentabilidad, debe haber secuela. O al menos eso suele pensar siempre Netflix.
La plataforma, caracterizada por cancelar series a diestro y siniestro en cuanto las cuentas no les salen, también es muy dada en hacer grandes apuestas cuando olfatea que hay un éxito asegurado. Y este parecía ser el caso.
Para ello, han ido a lo seguro, dejando al director que cuente con el mismo equipo de guionistas que la primera parte, al cual se ha sumado el propio Urrutia junto a Eigotz Moreno. En el elenco interpretativo, sustituyen a Ivan Massagué, Milena Smith y Hovik Keuchkerian, a los que también se suman en roles más pequeños intérpretes de la talla de Oscar Jaenada o Natalia Tena. Solo con el incremento de grandes nombres, podemos intuir que el presupuesto con el que Netflix ha apoyado esta secuela, es mucho más ambicioso. Esto, puede verse también en otros aspectos, tales como el despliegue técnico o el incremento de espectaculares efectos visuales que desafían – literalmente – la ley de la gravedad.
Pero como casi siempre suele pasar, más no suele equivaler a mejor, y las costuras de este nuevo hoyo pronto salen a la luz.
Para comenzar, la trama de esta nueva entrega resulta un tanto repetitiva. El ritmo, carece del suspense que planteaba la primera parte, ya que de alguna forma el concepto ya es conocido por todos. Esto, juega en su contra, pues su director opta por pisar el acelerador desde el principio, impidiendo que conozcamos a los personajes, o como poco, que nos familiaricemos con ellos. Tanto Milena Smit como Hovik Keuchkerian realizan un buen trabajo, pero el desarrollo de su relación parece cercenado en la sala de montaje, o quizá incluso desde la primera página de guión, y es imposible que empaticemos con ellos. Da la sensación de que Urrutia piensa que, al conocer el funcionamiento de la narrativa – ya que es prácticamente el mismo que en la primera parte – no necesitamos el tiempo necesario para sentir que sus personajes nos importan. Por el contrario, parece disfutar más deshumanizándolos o mostrándonos a personajes con un acusado nivel de excentricidad, y esto consigue llegar a un punto casi inverosimil.
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No pasa ni media hora de metraje antes de que el personaje más interesante de la cinta sea quitado de en medio, en una secuencia donde poco se explica el por qué, aunque siempre repleta de una subrayada intensidad de recorre la cinta desde el primer minuto. El humor negro presente en el primer film, resulta aquí muy forzado, y la trama avanza a base de intensos intentos por crear coaliciones y clanes que acaban desencadenando situaciones cada vez más violentas, en un desagradable crescendo donde los responsables ponen toda la carne en el asador. No me considero especialmente mojigato en cuanto a gore se refiere, pero el empeño de Urrutia por crear situaciones imposibles basadas en la humillación y deshumanización acaban resultando redundantes, excesivas e incluso irritantes. En su parte central, la película se torna en una especie de pastiche donde, como espectador, acabas desconectando ante el caótico desconcierto con el que asistes al desarrollo de la trama. Lo que en la primera parte se distribuía de manera inteligente e identificable -aspectos como los saltos de tiempo, por ejemplo – resultan deslavazados en esta secuela, y nunca acabas de saber del todo donde te encuentras y por qué los protagonistas toman las decisiones que toman.
Además, hay que decir que el intento por magnificar la mitología del universo acaba resultando fallido y algo pretencioso. Una trama tan críptica y metafórica como “El hoyo” se enriquecía de las posibles preguntas que sus huecos pudiesen suscitar, para ser justificados mediante la alegoría. En este caso, se pierde esa dimensión, todo es mucho más explícito y las respuestas no son tan potentes como para que nuestra cabeza se haga más preguntas. Juega también en su contra el hecho de que – pequeño Spoiler – realmente sea una precuela de los acontecimientos narrados en la primera parte, ya que la trama es tan excesiva que no nos encaja en ningún momento que algo tan salvaje sucediese durante la primera parte. Aunque los responsables del film se esfuerzan por hacer encajar ambas entregas, nunca me dio la sensación de que esto funcionase, e incluso hay personajes y referencias que me parecieron algo forzadas.
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Con todo ello, “El hoyo 2” me ha parecido un film un tanto innecesario que intenta explotar las virtudes de la primera parte subrayando demasiado el componente más desagradable y obviando profundas posibilidades psicológicas que nos hubiese aportado una exploración de personajes con algo más de enjundia. Parece que la deshumanización que los propios creadores denuncian en el film, les ha poseido durante la realización del film, o bien quizá solo sea el hecho de que la primera entrega fue realizada desde la intención personal, y esta, desde una perspectiva mucho más comercial.
Sea como sea, siempre nos quedarán algunas efectivas secuencias – como esa secuencia final en gravedad cero – y el intento de hacer crecer un universo con unas increíbles implicaciones socio-psicológicas. Quizá, en el caso de que esta nueva entrega no sea un rotundo fracaso, Urrutia y su equipo tengan la posibilidad de explorar estos matices en una tercera parte. Muchos pensarán que es innecesaria, pero yo me he quedado con las ganas de saber algo más, y eso, teniendo en cuenta que no me ha fascinado esta segunda parte, me indica que la propuesta no está agotada, sino necesitada de nuevos puntos de vista que no vayan a lo más fácil y seguro.
Coronado Rincon
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Rumpelstiltskin ![Inked Explorer](https://img.peliplat.com/api/resize/v1?imagePath=peliplat/default/20241128/4a9bd5090d90ba33b85fbc9151a1fec3.png&source=s3-peliplat)
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¡Ah, colega de críticas y enredos cinematográficos! ¡Je, je, je! Tu reseña de "El Hoyo 2" me ha dejado tan embelesado como un huso dorado en manos de una princesa descuidada. ¡Vaya! Yo mismo devoré cada fotograma de esa película con la avidez de un duende tras un nombre oculto. Tenía ya mis pergaminos listos para tejer un análisis retorcido y lleno de trampas... pero, ¡oh sorpresa! Al leer tus palabras, descubrí que nuestros hilos mentales se enredan en la misma madeja. ¡Casi idénticas conclusiones, como dos gemelos en un espejo de hechizo!
No obstante —¡ah, pero cuidado!—, si te atreves a husmear en mi laberinto de pensamientos, dejé caer mi análisis de la primera entrega, "El Hoyo", en este rinconcito oscuro de la telaraña: [https://www.peliplat.com/en/article/10043230/el-hoyo-un-cuento-de-hambre-y-filosofia ]. Léelo bajo tu propio riesgo... o quizá encuentres una moneda de tres caras escondida entre las palabras.
¡Saludos enredados y risas entre dientes, colega!
—El duende que teje spoilers y cobra en suspiros, Rumpelstiltskin.
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Alejandro Franco "Arlequin" ![Cinephile Panel](https://img.peliplat.com/api/resize/v1?imagePath=peliplat/default/20241118/c97256847a4fc10ffe711e4d410048e3.png&source=s3-peliplat)
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