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¿Es Hugh Jackman buen actor o sólo nos cae bien?

Hugh Jackman es uno de los (pocos) actores en Hollywood que despierta una empatía colectiva entre el público. Me refiero a esos intérpretes que en entrevistas desprenden tan buena energía o sus acciones (como personas, no como estrellas) hablan tan bien de ellos que acaban conquistando a casi todo el mundo. Algunos de estos actores son Keanu Reeves, Bruce Willis o Brendan Fraser (hasta que ganó su Oscar por The Whale y algunos decidieron odiarlo nuevamente). Pero hay algo más que tienen en común: ¿son buenos actores o sólo nos caen bien?

Precisamente por el fervor que generan entre el público, algunos cuestionan su talento, ¿están a la altura de su fama o simplemente son buenas personas? Vamos a responder esa incógnita precisamente alrededor de Hugh Jackman quien esta semana regresa a la pantalla grande para dar vida por enésima a Wolverine en Deadpool and Wolverine (2024, dir. Shawn Levy), la cual será uno de los éxitos de este verano, según apuntan las predicciones.

¿Es Hugh Jackman buen actor o sólo nos cae bien?

La respuesta corta es: sí, sí lo es. Pero además de buen actor, también es muy versátil, y ese es su principal atractivo como intérprete. Dudas acerca de ello, no tengo. En cambio, las pruebas me sobran. Por tal motivo, veamos por qué considero a Hugh Jackman un gran intérprete.

Mas que actor, Hugh Jackman es un showman

Por motivos de su quincuagésimo cumpleaños, por allá en 2019, en un mundo pre-pandemia, Hugh Jackman se embarcó en un Tour Mundial denominado The Man. The Music. The Show. Podría resultar curioso para algunos que Jackman haya decidido omitir Actor o Movies del título de su espectáculo, tomando en cuenta que su fama se la debe principalmente al cine. Pero él, mejor que nadie, sabe que su valía como artista la ha demostrado precisamente a través de la música y el espectáculo.

Sin embargo, eso es un gran punto a favor en su carrera. Esa versatilidad que no todos los intérpretes poseen, no ha sido únicamente su vehículo de lucimiento, también ha sido siempre su propósito. A diferencia del cine donde, digamos, aterrizó por cuestiones del destino.

Deadpool & Wolverine

Jackman egresó de la Academia de Artes Escénicas de Australia Occidental a mediados de los noventa, y desde ese momento empezó a forjarse una carrera sobre las tablas, específicamente en el teatro musical. El personaje que lo dio a conocer, sí, Wolverine, ni siquiera estaba en sus planes. De hecho, Jackman no había hecho nada fuera de Australia cuando consiguió el papel.

Todo estaba listo para que Logan fuese interpretado por el actor escocés Dougray Scott, pero este por conflictos de horario en las grabaciones de Misión Imposible 2, tuvo que renunciar al proyecto semanas antes de empezar a rodar. Russell Crowe, también australiano y quien había rechazado el personaje, sugirió a Jackman (quien es su amigo) para el papel. Hugh hizo el casting, con escasa preparación y lo que surgió a partir de allí, es historia. Cuando el personaje llegó a sus manos, él era aún un auténtico desconocido, ni siquiera en su Australia natal gozaba de fama, ya que sólo había participado en dos películas, y todo su currículum se trasladaba directamente a las tablas.

Cuando el rodaje de la película empezó, el actor había tenido muy poco tiempo para prepararse para el papel, algo que ya habla muy bien de él como actor, porque le bastó una película para convertirse en uno de los héroes de acción favoritos de todo el público, alcanzando los niveles que habían fijado otros actores con personajes de corte similar, como el Superman de Christopher Reeves o el Batman de Michael Keaton.

A partir de X-Men, Hugh Jackman no ha dejado de trabajar en ningún instante, pero en casi veinticinco años de trayectoria el consenso de la crítica parece llegar cada vez que el actor regresa a sus raíces: el musical.

Entrw X-Men y X2, aprovechó para incursionar por primera vez en Broadway, específicamente en la obra musical The Boy From Oz; gracias a su icónica interpretación de Peter Allen, Hugh Jackman ganó el Tony como Mejor Actor en un Musical, siendo este el equivalente a los Premios Oscar en el teatro estadounidense. Y hablando de los Premios de la Academia, su primera y única nominación hasta la fecha llegó en 2013, gracias a la adaptación cinematográfica de Los Miserables. En dicha película, Jackman interpretó a Jean Valjean, el protagonista de la historia escrita por Victor Hugo.

Con Los Miserables, Hugh Jackman exploró el musical en el cine por primera vez y, casualmente, por primera vez conquistaba tanto al público como a la crítica en su faceta de estrella de cine. Él, junto con Anne Hathaway, fueron lo más aplaudido dentro de una película que, en términos generales, dejó bastante fría a la crítica.

Hugh Jackman en su zona de confort

Ese precisamente es el principal problema de Hugh Jackman: no siempre apunta bien en sus proyectos. Muy pocas veces lo hemos visto intentar jugar con otros géneros más exigentes como el drama o el suspenso. Y las pocas veces que lo ha hecho, ha quedado en tierra de nadie.

Su primer fracaso colosal fue Australia junto a Nicole Kidman, la única película que rodó en su país natal después del éxito de X-Men y la última hasta la fecha. Ahora, la película goza de mayor prestigio, pero en su momento significó un fracaso tanto en taquilla. Después volvió a intentarlo con Prisoners, de Denis Villeneuve, y la película también tuvo un flojo recorrido por taquillas y festivales. El último fue The Son, película que gozó de una desaprobación casi unánime por parte de la prensa especializada.

En su carrera también ha trabajado con directores de renombre, como los ya mencionados, e incluso le hemos visto bajo las órdenes de Darren Aronofski y Christopher Nolan en La Fuente de la Vida y El Prestigio, respectivamente. Pero una vez más sus elecciones se sienten incorrectas porque aún cuando ambas películas tienen muchos fanáticos, se encuentran en un eslabón inferior en comparación a los otros trabajos de estos directores.

El Gran Showman

Sin embargo, aún cuando nos gustaría verle en un papel más exigente, tiene sentido que el actor prefiera quedarse en su zona de confort porque es allí donde realmente brilla. Conquistó Broadway como Peter Allen, llegó a los Oscar como Jean Validan y arrasó en taquilla como The Greatest Showman. Aunque, en teoría, está película es un biopic del circense P.T. Barnum, el título de la película pareciera hacer alusión al mismísimo Hugh Jackman. Es un vehículo de lucimiento para que él haga lo que mejor sabe hacer: derrochar carisma, cantar y bailar. La respuesta positiva se sintió entre el público, puesto que la película llegó a acumular casi 500 millones de dólares en taquilla, siendo el musical original más taquillero después de La La Land.

Después de observar lo que The Greatest Showman supuso en la carrera de Hugh Jackman, tiene sentido que sea exactamente lo qué él celebró en su Tour mundial: El espectáculo, la música, el hombre. A Hugh Jackman no le interesa ser el mejor actor, le interesa ser uno que conecte con el público haciendo lo que más le apasiona. Y si hay algo que también es parte de él, es Wolverine. Por eso, regresa una vez más en la piel del anti-heroe, compartiendo escenas con Deadpool. Y nosotros no podremos estar más feliz por ello.

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