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Nadie me va a Convencer de que Batman y Robin es una Mala Película

Spoilers

Sin dudas, cuando hablamos de Batman nos referimos a uno de los referentes culturales más grandes de la era moderna. Engendrado en el universo de los cómics, el héroe de Ciudad Gótica es reconocible incluso para aquellos que no somos fans de las historietas, ya que ha trascendido dicha plataforma para insertarse en el cine, series, videojuegos, juguetes, etc. Fue llevado a la pantalla grande en 13 ocasiones, e interpretado por 6 actores diferentes: Michael Keaton, Val Kilmer, George Clooney, Christian Bale, Ben Affleck y el más reciente Robert Pattinson. Es un ícono innegable de la cultura occidental.

Con todo esto, no tengo presente en mi memoria una película de los últimos 30 años que haya sido más criticada y vituperada como lo ha sido Batman y Robin (1997). Y es que el film dirigido por Joel Schumacher (Un Día de Furia, Batman Por Siempre), a pesar de haber logrado un éxito moderado en taquilla, fue recibida duramente tanto por la crítica especializada como por los fanáticos de la franquicia y del Caballero de la Noche. La historia nos relata a Batman (George Clooney) y Robin (Chris O'Donnell) -claramente- luchando contra los peligrosos planes del Sr. Frío (Arnold Schwarzenegger) de congelar Ciudad Gótica para conseguir fondos para su esposa enferma y de Hiedra Venenosa (Uma Thurman) por convertir el mundo en un reino gobernado por las plantas. Los villanos serán apoyados por un tosco y monosilábico Bane (Robert Swenson) y a los héroes se les sumará más tarde Batichica (Alicia Silverstone).

¿Lo malo de la película? Todo. El guion, las actuaciones, los personajes, los diálogos, los chistes, etc.

¿Lo bueno de la película? Todo. El guion, las actuaciones, los personajes, los diálogos, los chistes. Todo lo malo es tan absurda y bizarramente malo, que si uno se zambulle en el abismo de elementos cinematográficos que el director nos concede de forma -diríamos- caricaturesca, se puede llevar una experiencia de pura diversión y entretenimiento.

Sólo por mencionar alguno de esos elementos -SPOILER ALERT-: la intro con el patinaje sobre hielo; los trajes de los protagonistas con pezones; la siempre recordada batitarjeta de crédito; los muy malos chistes del Sr. Frío; un Robin aniñado y caprichoso que busca más protagonismo del que se le concede; lo convenientemente escrito que está el guion, para, por ejemplo, lograr que Alfred (Michael Gough) tenga la misma enfermedad que la esposa del Sr. Frío, o que en una caída de cientos de metros desde un observatorio, Robin y Batichica caigan JUSTO en el metro cuadrado en que se encontraba Bane; y por supuesto, la historia, que se cae a pedazos en cada plano a causa de sus débiles cimientos, que ni siquiera un "galanesco" George Clooney ni un carismático Arnold Schwarzenegger pueden sostener. Y así podríamos utilizar muchos más caracteres para continuar describiendo lo ridículo de esta obra maestra incomprendida.

En una entrevista, Schumacher justificó el fracaso en la ejecución de su obra a una aparente presión por parte de la productora Warner Bros. quienes insistían en darle a la película, a diferencia de sus entregas anteriores, un tono más familiar y con foco en los más pequeños (y ya sabemos cuál fue el resultado). El golpe fue de tal magnitud que debieron cancelar un proyecto que traería una quinta entrega del Hombre Murciélago. Se volvería a reiniciar el universo recién bajo la dirección de Christopher Nolan (Memento, Inception) casi diez años después.

Pero nada de lo mencionado anteriormente importa, ya que los niños que vimos Batman y Robin en esa época quedamos embelesados por todos aquellos factores que los más grandes y expertos podrían interpretar como un insulto a los cómics y al cine. Los colores; los disfraces; los vehículos utilizados por nuestros héroes que parecían sacados de una cajita feliz; el cambio de vestuario al final de la película sin un motivo razonable (¡pero qué bien quedaba!). Simplemente nos fascinó tanto que, aún con todos los datos en contra, no podemos recordarla como una mala película.

En ocasiones, tanto George Clooney como Joel Schumacher se han disculpado con los fanáticos por haber hecho esta película. Yo les digo -si alguna vez leen esto-: no tienen de qué disculparse. Batman y Robin es nuestra válvula de escape a un bello pasado. No pudimos ser más felices.

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