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Furiosa: De la Saga Mad Max: La fuerza de una mirada

Acto 1

Tras el impacto de Mad Max: Furia en el camino (2015), la cual es considerada como una de las mejores películas de acción de la historia, para George Miller hubiera sido una tentación que Furiosa siguiera los mismos pasos, repetir los mecanismos para complacer a la audiencia que se maravilló con esa historia cargada de frenesí y poesía. Sin embargo, la nueva entrega dentro de este universo posee, por fortuna, su propia personalidad.

A pesar de la clara diferenciación con Fury Road, abundan constantes estilísticas: los espacios desolados, la puesta en escena que sumerge en el mundo narrativo (el cual se amplía), la sensación de devastación, de mundo perdido, las máquinas como un personaje más; también, se conserva esa cámara que se aproxima al rostro de los personajes para luego alejarse en un segundo. Aquí son importantes las miradas como forma de comunicación, como si estos seres devastados, cercados por la sequía, también hubieran extraviado las palabras. Quizá, lo que más se extraña, es la fuerza de una banda sonora, que en esta ocasión no se percibe tan fundamental dentro del relato.

Aquí Miller opta por mayores momentos de calma, donde la tensión se desvanece y le permite explicar el origen de su protagonista. Esta es una narración que se enfoca en la construcción de un personaje y las intenciones narrativas intervienen claramente en las formas. A pesar de que se conserva la violencia y un par de secuencias trepidantes, el realizador australiano busca que la audiencia empatice con su personaje protagónico. Existe tiempo para respirar, el viaje posee un sentido vertical, hacia el corazón de una mujer a la que se le robó su pasado.

El guion que Miller escribe junto a Nick Lathouris (quien también lo acompañó en Fury Road), coloca en el argumento diversos fragmentos de la historia de Furiosa. El texto se divide en partes que subrayan la evolución del personaje, las etapas que la van convirtiendo, poco a poco, en esa mujer poderosa, casi capaz de todo y que la audiencia conoció hace unos años. Desde esa niña, que a pesar de su valentía no puede defenderse por sí misma, a la joven que va adaptándose a un universo dominado por hombres violentos.

Acto 2

La línea de vida de Furiosa podría equipararse a los senderos de Fury Road. La carretera por la que atraviesa el espectador es el crecimiento de la protagonista. Robert McKee, en su famoso texto El guion: Sustancia, estructura estilo y principios de la estructura de guiones, plantea que todas las historias tienen la forma de viaje y este podría ser un ejemplo. Es clara la motivación de Furiosa, lo que la empuja a seguir adelante y la consecución de su objetivo provoca que el espectador desee enlazarse a su recorrido.

Las precuelas suelen contar la desventaja de la pérdida de la sensación de riesgo, ya que el espectador de alguna u otra manera conoce el destino del personaje. Aquí, se sabe que ninguna bala, ninguna explosión o accidente automovilístico acabará con la vida de Furiosa, pero Miller logra que, a pesar de esto, se sienta una preocupación por el destino de la protagonista. Al instalarla en una aventura con sus propias metas, lo que importa conocer en este relato es si se lograron o no y cómo esto afectó en el desarrollo del personaje. Por otro lado, aquí no solo se abordan los aspectos rudos, fríos de Furiosa, sino que hay matices, incluso de romance, que le agregan dimensiones y la vuelven más compleja.

Si Miller ha demostrado ser un director que entiende como nadie las dinámicas de la acción, también es necesario recalcar su valía para guiar a los actores. Es evidente su capacidad para conducirlos hacia lo que necesita. En este caso, no pretende que Anya Taylor-Joy imite el trabajo corporal o entonaciones de Charlize Theron; por el contrario, le permite que se apropie del personaje, que le aporte su sello y transmita esa parábola que va desde la vulnerabilidad hacia la valentía. Gran parte del trabajo de Taylor-Joy se fundamenta en el poder de sus ojos, por otro lado, a pesar de que su físico luce frágil, es verosímil lo que consigue en la acción debido a que su fortaleza proviene del interior más que de sus músculos.

Dementus (Chris Hemsworth) resulta un villano atractivo porque se aleja de lo solemne. La construcción evidencia a un líder que mantiene algo de control desde la violencia, sin embargo es caótico, sin plan, ansioso de que el mundo sea un reflejo del dolor que lleva por dentro. Es la representación del presente, un hoy que no visualiza el mañana, porque las condiciones del entorno le generan este pensamiento. Hemsworth acierta en esa línea que se acerca a lo caricaturesco, porque es un actor que posee un carisma tal que cuando se desenvuelve en la comedia luce más libre, sin necesidad de mantener su estatus de galán; disfruta el no tomarse en serio y aunque quizá para algunos espectadores pudiera resultar chocante, su presencia aligera la tensión sin dañar la seriedad del relato. Incluso, uno de los aspectos en donde la película parece quedarse corta, es en la historia de Dementus, el argumento apenas sugiere el pasado de en un personaje notoriamente afectado tras la catástrofe mundial.

Acto 3

La venganza se establece como el aparente tema principal, es lo que une a la protagonista y al villano, pero el guion se aproxima con una óptica renovada. Más que generar el mismo daño, la obviedad de la muerte, hay una intención de hallar en el otro arrepentimiento, que en su padecer habite una forma de recuperar lo que fue arrebatado.

Se establece así, con sutileza, la reflexión sobre los castigos, sobre la justicia por mano propia, aquello que la venganza podría otorgar. ¿Se encuentra la paz al dañar? La misión es encontrar algo que rescatar incluso en aquellos que son despreciables, convertir la basura, el horror, en algo funcional para la sociedad. Furiosa, como otros tantos personajes, se transforma en heroína cuando su causa se moviliza de lo personal a lo colectivo y es esta la única vía de realmente trascender.

Tras arribar al final, para gran parte de la audiencia, la película podrá sentirse como una experiencia que no está a la altura de Fury Road. Se la juzgará por sus secuencias de acción, por no ofrecer el mismo nivel de vértigo, por sentirse una obra muy lejana a las innovaciones del filme de 2015. Lo anterior es verdad, pero también es un acierto por parte de Miller comprender que ir por más, que intentar ser más grande, espectacular, podría significar un daño; dirigirse hacia lo grandilocuente podría haberse entendido como un simple ejercicio estilístico para sorprender los sentidos.

Incluso que Furiosa luzca más contenida, menos eufórica, encaja en esa idea que se trata de una precuela, de una historia que se ubica años antes de Fury Road, de algo que se va construyendo para explotar más adelante. De esta forma, Miller consigue narrar los orígenes de su personaje, poniendo no solo el acento en la creatividad de las secuencias de acción, sino también en las emociones de una mujer rota que se aferra a la venganza como forma de volverse a construir, que entiende que ella es la representación de las voces femeninas en una tierra donde solo han conocido el silencio, el maltrato, donde solo han sido un objeto. Aquí el interés más que en las explosiones, en los escapes por la arena, está en ver a Furiosa como esa mujer invencible, pero al mismo tiempo con una mirada repleta de esperanza, floreciente en el desierto.

Ficha Técnica:

Furiosa: De la Saga Mad Max (2024)

Título original: Furiosa: A Mad Max Saga

Dirección: George Miller

Guion: George Miller y Nick Lathorius

País: Estados Unidos y Canadá

Calificación: 8/10

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