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Tempestades. Notas sobre Retrato de una mujer en llamas de Céline Sciamma

Spoilers

Una mujer joven es transportada en un bote a remos en un mar agitado, a lo lejos se atisba una isla con acantilados. El bote se sacude por la fuerza del agua y cae una parte del equipaje: una gran caja rectangular que lleva un lienzo blanco dentro. La mujer se arroja a las aguas para recuperarla. Con el vestido mojado y su equipaje al hombro la joven Marianne llega a una casa burguesa, que parece ser la única de toda la isla. Allí tendrá la misión de realizar el retrato de Heloïse.

En Retrato de una mujer en llamas (2019) la directora Céline Sciamma recrea la atmosfera de fines de siglo XVIII para construir un relato centrado en el universo femenino, en las redes afectivas y de cuidado para contenerse en un mundo hostil. El relato de Sciamma se detiene en las transgresiones femeninas: el amor entre mujeres, la decisión de poner fin a un embarazo no deseado, la vocación artística. Mujeres que logran escapar, aunque sea por un breve momento de los condicionamientos que les impone su tiempo.

  1. El retrato

En el siglo XVIII, en la nobleza los matrimonios estaban acordados y se realizaban con fines económicos- para acrecentar el propio patrimonio- o de status- para entrelazarse con familias con mayores títulos-. El amor y el deseo estaba escindido del matrimonio. Más bien se trataba de un contrato aceptado por los padres de cada cónyuge. Los prometidos no necesitaban conocerse en persona. El retrato se vuelve entonces la herramienta principal para que un hombre acepte a una mujer como esposa, haciendo culto al ideal de la belleza femenina. La apariencia ha sido determinante para las mujeres en todas las épocas.

Marianne tiene el encargo de realizar el retrato de Heloïse para a su futuro marido. Retrato que será carta de presentación. Heloïse se resiste a la idea de un matrimonio arreglado, es por eso por lo que la tarea de retratarla debe ser realizada en secreto. La propia madre de Heloïse- la que encarga el retrato- ha sido presentada a su marido de la misma manera, señalando su retrato sobre la chimenea dice: “llegó antes que yo”. El matrimonio se vuelve exilio, el de la madre italiana en una isla perdida en Francia, el de Heloïse con un mercader italiano. El matrimonio para las mujeres se vuelve una forma de desarraigo, de perdida de los lazos y del propio suelo.

La rebeldía en torno al matrimonio arreglado toma diversas formas en la familia de Heloïse. Algunas inofensivas como las de la propia Heloïse que se niega a posar, otras más drásticas y definitivas como la de su hermana que se arroja desde un acantilado. Sea como fuera el matrimonio se vuelve una amenaza, sobrevuela la vida de las mujeres nobles como único destino posible. En cambio, el matrimonio no parece una imposición para Marianne, el carecer de rango parece permitir otro tipo de vínculos.

Heloïse descubre rápidamente que los paseos que realiza junto a Marianne son en verdad la forma en la que la pintora podrá observar sus rasgos para luego realizar el retrato. Las miradas fortuitas y sugerentes que las mujeres han compartido en la playa tienen una justificación, el enojo de Heloïse parece menor que su decepción. La ambigüedad en la mirada se vuelve fundamental en el relato de Sciamma, la posibilidad del amor y del encuentro radican en esas miradas primero fortuitas y luego directas- una vez que Heloïse decide posar- la mirada no es únicamente del pintor al retratado, también del retratado sobre el artista. En ese cruce de miradas, en esa mirada tímida mediada y justificada por la pintura las mujeres se descubren mutuamente.

II.La cocina

Sophie es la joven criada de la casa. Por las noches Marianne pasa tiempo con ella en la cocina. Si bien sus oficios son de distinta naturaleza ambas son mujeres trabajadoras. Tal vez por eso sea posible la confesión de Sophie: hace meses no tiene su período. Esta revelación volverá más cercanas a las mujeres. Lo que las une ahora es una experiencia común.

La madre de Heloïse abandona la casa, el retrato deberá estar terminado cuando regrese. Heloïse, Marianne y Sophie quedan juntas en la casa. La cocina que estaba reservada únicamente al servicio ahora es habitada también por Heloïse. Las jerarquías habituales quedan en suspenso. Las tres jóvenes mujeres se refugian en la intimidad de la cocina para divertirse con cartas, realizar labores, leer y preparar un brebaje abortivo. La complicidad las une. La experiencia de ser mujer en sus distintas facetas-sobre todo vinculada a la sexualidad- se vuelve una experiencia común, algo que las convoca. De esta manera se crea una suerte de alianza femenina, una forma de transitar y resolver el problema de Sophie, pero también la posibilidad de poner en palabra las experiencias vinculadas con el amor.

La cocina ahora es el centro de la casa, un espacio donde las diferencias de clase quedan momentáneamente suspendidas. Si bien las problemáticas de género están profundamente atravesadas por la clase social a la que se pertenece, Sciamma descubre el hilo común que une a las tres mujeres y la red que tejen juntas.

III. El mito

Heloïse lee a Marianne y a Sophie el mito de Orfeo: su viaje al inframundo para rescatar a su esposa Eurídice, la prohibición de volverse a mirarla en todo el recorrido hasta que llegaran al mundo superior y el momento decisivo en el umbral entre ambos mundos en el que Orfeo no se contiene y mira hacía atrás para ver si aún lo sigue su esposa. Eurídice se desvanece y vuelve a la oscuridad del inframundo.

Las mujeres discuten la acción de Orfeo. Heloïse propone que quien pidió a Orfeo que se diera vuelta es la propia Eurídice y Marianne cree que en el gesto de Orfeo se esconde el deseo de conservar en la memoria a su amada. Sciamma recreará el mito de Orfeo con Marianne y Heloïse. Ante la imposibilidad de continuar juntas, ambas deciden preservar el recuerdo. La función del retrato se resignifica, es la única forma de conservar la imagen de la amante. Heloïse posará para que Marianne conserve un pequeño retrato de ella, y Marianne dejará su autorretrato en una hoja del libro de Heloïse.

Marianne se encontrará con la imagen evanescente de Heloïse en rincones de la casa, como si se tratara del recordatorio de que aquel amor efímero, imposible de proyectarse por fuera de la intimidad de la casa, peligra con desaparecer. Al despedirse Marianne deja la casa sin volverse atrás, es Heloïse quien le pide que se voltee y la mire por última vez antes de desvanecerse.

Retrato de una mujer en llamas, explora aquel momento breve y efímero donde es posible transgredir las normas, el momento donde se despliega un amor prohibido, se abren nuevos modos de sentir y desear. Sciamma da cuenta de la agitación interior que despierta lo nuevo y el deseo que se enciende, creando una fuerte conexión entre sus protagonistas y el paisaje. La inclusión de la música de Vivaldi en momentos muy precisos anuncia esa tempestad interior que sienten las mujeres ante el verdadero amor. Las imagenes de Sciamma dialogan con las pinturas del romanticismo crean un todo entre la subjetividad de las mujeres y el exterior que habitan. Una suerte de continuidad entre el adentro y el afuera, una forma sutil de construir un mundo interior.

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