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The Batman (2022): la reformulación de un mito

Spoilers

Desde la creación de Batman en 1939 el este pasó por infinidad de formatos y de adaptaciones: desde el cómic hasta el radioteatro, la televisión, la animación, los videojuegos y sus tantas películas. Durante los 85 años de su existencia se demostró la gran potencialidad del personaje para ser reinventado una y otra vez. The Batman (2022) de Matt Reeves no fue la excepción.

El Batman de Tim Burton fue una bisagra en su adaptación a la pantalla. A diferencia del Batman “naive” y “kitsch” que representaba el de serie de los sesenta protagonizada por Adam West, este era uno más cercano a la oscuridad y a la madurez que ya mostraba en los cómics de aquella época, como en The Killing Joke de Alan Moore y Brian Bolland o en The Dark Knight Returns de Frank Miller. Las posteriores adaptaciones de los noventa volvieron a ese tono más “blando”, sin mucho éxito hasta que Christopher Nolan lo reinterpretó de forma realista en su propia trilogía.

The Batman': Matt Reeves on Robert Pattison, COVID, and Superheroes
Matt Reeves, el director y co-escritor de The Batman.

Más tarde, Ben Affleck encarnó al personaje en el Snyderverse y hasta iba a dirigir y protagonizar su propia película en solitario. Sin embargo, abandonó el proyecto, el cual fue mutando y pasando de mano en mano. Finalmente llegó a Matt Reeves (Cloverfield, Let Me In, Dawn of the Planet of the Apes), quien se lo apropió y reescribió.

The Batman (2022) reúne diferentes elementos de varios cómics y los fusiona de manera inteligente dentro de una estética opresiva y densa, con un tono policial negro y hasta fincheriano pero sin perder de foco la esencia del personaje. A pesar de ser el film más crudo y brutal de este personaje, Batman se mantiene fiel a sí mismo: no mata.

Y por fin llegó a la pantalla grande “live-action” algo que venía faltando: no solo un Batman detective, sino uno que hace solo dos años que está en las calles y que arrastra su origen de forma traumática. Las cicatrices están todo el tiempo presentes en su físico y en su diálogo. Casi no habla; una característica que Darwyn Cooke tanto realzó, guionista de Ego y otros relatos, cómic que fue en parte influencia para la película.

Algunos de los diferentes cómics que sirvieron de inspiración para el film.

Tanto bajo la capucha como sin ella Bruce Wayne sigue perseguido por la muerte de sus padres. Su apariencia descuidada, su aislamiento social o su apesadumbrada gestualidad lo demuestran. Precisamente, Reeves escuchaba “Something in the Way” de Nirvana mientras escribía el guión. Y así es que surgió un Batman basado en la figura de Kurt Cobain. Decadente, casi suicida.

Bruce es un ermitaño consumido por la figura de Batman. La forma que tiene de canalizar su pasado es mediante la investigación y la resolución de crímenes en una Gótica más corrupta que nunca. Y claro, ¿qué personalidad debería tener un huérfano solitario con un origen tan sanguinario? Es la adaptación más tridimensional de la psique del personaje.

El comienzo es el de una película noir. Como buen policial negro empieza a través de los binoculares del Acertijo, antagonista principal de la película. Y lo que ve al principio es significativo: un niño que se quedaría huérfano de su padre, como él, como Bruce. Es un Acertijo diferente a todos los demás: deja de lado su tono payasesco y se transforma en un hombre encapuchado de forma rústica y hasta perturbadora. Está basado explícitamente en Zodiac, aquel asesino que nunca fue encontrado y del cual Dave Fincher tomó la inspiración para su película homónima.

Las posibles inspiraciones para la doble faceta del Acertijo: el protagonista de An innocent Guy de Brian Bolland y el asesino serial, Zodiac.

El guión escrito por Reeves y Craig construye un mapa de puzzles, el cual utiliza el Acertijo para limpiar a Gótica de su corrupción. Él es la mente que manipula al cuerpo de Batman para remover el velo de injusticia. Algo que no suele estar remarcado es que su personaje —sin el disfraz— es casi un calco del protagonista del cómic An innocent Guy (1996), de Brian Bolland. Esta obra esta protagonizada por un don nadie rubio y de anteojos, quien se considera el “mayor fan y mayor enemigo” de Batman, a quien asesina. En el film es una especie de doppelgänger, encapuchado y huérfano, pero sin los privilegios de Bruce Wayne. Y eso también es una genialidad: hay un revisionismo crítico actual de su figura; una especie de “consciencia de clase” que antes no estaba presente.

A la vez, la narrativa de la película bebe también de otros dos cómics seminales en la extensa obra de viñetas y diálogos del caballero oscuro: Batman: Earth One de Geoff Johns y Gary Frank y Batman: Zero Year de Scott Snyder, James Tynion IV, Greg Capullo, Danny Miki y Rafael Albuquerque. Del primero surge la historia pasada de Thomas Wayne como alcalde, el Alfred más joven y rudo, determinadas locaciones y hasta la famosa línea: "Soy la venganza". Del segundo surge la figura más protagónica del Acertijo, su plan y hasta la narrativa del desarrollo de personaje que va desde la venganza hasta la esperanza.

La dirección de fotografía de Greig Fraser.

Algo a destacar de la película es cuán bien maneja la multiplicidad de personajes: Gatúbela, el Pingüino, Falcone, el Acertijo. Este tipo de intentos tan polifónicos fue casi siempre un fracaso en el cine de superhéroes. Es lo más débil en las tramas de Spider-Man 3 (2007) de Sam Reimi y The Dark Knight Rises (2012), de Nolan. Es algo que casi siempre hace desbalancear la historia. En este caso se logra una conjunción armónica, influenciada por la dinámica de cómic fundamental de Batman, The Long Halloween (1996-1997). Así, cada personaje tiene su tiempo preciso de pantalla dentro de una narrativa de un pulso intenso e in cresendo.

Los aspectos técnicos del film se unen de forma orgánica a su narrativa. Greig Fraser es sin lugar a dudas uno de los mejores directores de fotografía de la actualidad, y su trabajo en esta película es superlativo. Lo gótico se refleja tanto en los planos de la ciudad —de una bella oscuridad— como en el diseño del traje de Batman, de una estética y funcionalidad sublimes. Cuero en el rostro, cuello alto, muñequeras de varillas y, en el pecho, un batarang que es a la vez su símbolo. Y como buen Batman tiene a su disposición multitud de gadgets pero que en ningún momento se sienten fuera de lugar. Por otro lado, la música compuesta por Michael Giacchino complementa la atmósfera opresiva, con su leit motiv traspolado del tema de Nirvana.

De la Venganza inicial a la Esperanza final.

El Bruce Wayne y el Batman de Matt Reeves y Bruce Pattinson es uno marcado por la tragedia. No es el playboy mostrado en las anteriores adaptaciones; es un ser roto. Es un Batman en su segundo año en las calles, que aún está aprendiendo. Es un Batman con un cable a tierra, vulnerable y humano. Y es afectado por los hechos de la cinta, los cuales lo transforman: de ser la oscura Venganza en el primer monólogo, pasa a ser la Esperanza, quien guía a la gente con su bengala en un poderosísimo plano.

La Esperanza marcada por un DC que se está dando cuenta de su verdadero potencial e invierte en este tipo de películas artísticas y autónomas (ya desde Joker (2019) y The Suicide Squad (2021)). Una estela que dejó Nolan, sin pretender emular algo tan diferente como Marvel y siguiendo un camino propio fiel a los cómics y con una narrativa profunda y madura.


Nota por Alex Dan Leibovich | Periodista | Redactor en Clarín, Indie Hoy, Peliplat y Erramundos.


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