A 25 años de la partida de una leyenda: Seis cineastas que le hacen justicia al legado de Stanley Kubrick

POR JERÓNIMO CASCO

7 de MARZO del 2024, 22.22 PM | UTC-GMT -3

Hace exactamente veinticinco años se despedía de esta dimensión el realizador más influyente de la historia del cine. Ese al que no se lo podía reclamar nada, ese que innovaba con cada película que lanzaba, ese que se paseó por (casi) todos los géneros posibles y lo hacía con maestría, ese que repetía la misma toma cien veces, ese que en su afán de contarnos “algo” terminaba dejándonos la cabeza hecha un verdadero puré de tomate (y a día de hoy lo sigue haciendo).

En el mismo año en el que nos dejaba físicamente también nos dejaba como último regalo su obra más polémica, el encriptado thriller de misterio ‘Eyes Wide Shut’, levemente basada en la novela de Arthur Schnitzler Traumnovelle de 1925. Pero, ¿cual fue y cual es su legado? A lo largo de estas dos décadas y media en su ausencia las influencias de Kubrick en el cine moderno se vieron marcadas en cineastas casi igual de obsesionados por reflejar la condición humana, por innovar, por perfeccionar la puesta en escena, pero sobre todo, por impactar con las imágenes en conjunción al sonido.

Si hay algo que caracterizó al legendario director fue el de habernos entregado algunos de los planos/secuencias/escenas más icónicos de toda la historia de este arte. Por eso mismo considero a estos cinco grandes realizadores como algunos de los mejores que le han hecho justicia a su legado:

1. DAVID FINCHER

Podemos decir sin miedo al rechazo que el creador de obras maestras como Fight Club (1999) o Se7en (1995) es un fiel (y el mejor, tal vez) reflejo del impacto que tuvo Kubrick como realizador. Un ser humano perfeccionista destinado a la grandeza artística desde el minuto uno. Un realizador convencido de su visión que contagiaba (en su gran mayoría con cierta toxicidad) al resto del equipo para lograr la “toma perfecta” sea cual fuera el costo. Fincher se siente como esa versión remasterizada de Kubrick que también nos habla de la condición humana pero aderezado con sus propias obsesiones.

2. LARS VON TRIER

Fuera de Norteamérica, tierra de Kubrick por un tiempo, se fue gestando la idea de que para hacer cine se necesitaban contar historias que no tengan filtro de ningún color. Esto repercutió en la retorcida cabeza de un danés llamado Lars Von Trier, que desde sus inicios se las rebuscó para provocar con su cine. Películas como Dancer In The Dark (2000), Ninfómana (2013) o La Casa de Jack (2018) son algunos de los ejemplos de un cineasta trasgresor pero no por morbo, sino que por una necesidad interna de narrar sin obstáculo alguno, tal como lo demostró Kubrick con su Lolita o La Naranja Mecánica por ejemplo.

3. YORGOS LANTHIMOS

De Grecia y para todo el mundo, el ya consagrado realizador maneja un control en la puesta en escena bastante parecido al perfeccionismo que siempre Stanley provocó que se sienta en el set. Podría decirse que la película del griego que mejor replica lo que Kubrick hizo para el cine es ‘The Killing of a Sacred Deer’, un incatalogable thriller de misterio que toma lo mejor del minucioso control que ejercía el maestro estadounidense en lo detalles, y que hasta me puedo atrever a confirmar que se inspiró de manera poco sutil (pero magistral) en la obra póstuma del director en cuestión.

4. PAUL THOMAS ANDERSON

Uno de los realizadores norteamericanos más importantes de los últimos veinte años no podía quedar afuera. Devoto de Kubrick y la superlativa condición de creador que poseía el director, PTA nos ha embarcado en algunos de los estudios de la condición humana más interesantes del cine moderno, como por ejemplo su retrato de la inhumanidad en There Will Be Blood (2007) o la delgada línea entre la cordura y la locura en The Master (2012), algo que hace reminiscencia a los títulos milimétricamente calculados de Kubrick en donde el eje de las historias giraba alrededor de la psicología de sus personajes.

5. WES ANDERSON

Probablemente sea el director nacido en Texas hace cincuenta y cinco años el único capaz de hacer un movimiento de cámara con Dolly como lo hacía Kubrick. Claramente las ambiciones de estos dos (casi) opuestos pueden contradecir al título de este artículo, pero al ver las películas del simétrico Wes existe una sensación de control absoluto en la puesta en escena que no se veía hace tiempo. Por ejemplo The Gran Budapest Hotel (2014) es un fiel retrato de ello, con escenas que recuerdan a ese Kubrick que se encontraba en su etapa más “graciosa” e “irónica”, la de Dr. Strangelove.

6. CHRISTOPHER NOLAN

Y si hablamos de Kubrick, tenemos que hablar de sus obsesiones, ya que el utilizó al cine como medio para exteriorizarlos: la sexualidad, el pesimismo, la oscuridad humana, lo oculto, entre tantos otros. Esto fue absorbido por un joven Christopher Nolan que decidió en su segunda película hacer algo radical con su thriller en clave laberinto llamado Memento (2000). Este fanatismo por el tiempo se prolongaría con ejemplos como Inception, Interestelar o Tenet.

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