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Introducción al cine de Terrence Malick: Un poeta audiovisual que revaloriza el sentido de la existencia

POR JERÓNIMO CASCO

30 de NOVIEMBRE del 2023, 13.40 PM | UTC-GMT -3

Introducción al cine de Terrence Malick: Un poeta audiovisual que revaloriza el sentido de la existencia

“¿Qué es lo que constantemente busco aparte de mi propósito en esta tierra?¿Cuál es el significado de mi existencia, para que estoy acá?” Estas podrían ser tranquilamente algunas de las preguntas que se hace el director Terrence Malick cuando busca inspiración para su próximo proyecto. Y aunque las historias que nos trae a la pantalla parecen no tener relación entre si, estas preguntas siempre circulan alrededor.

Nacido el 30 de noviembre de 1943 en Illinois, EE.UU, Malick es considerado uno de los autores del arte cinematográfico más prolíficos y poéticos de todos los tiempos. Un cineasta que captura milagrosamente la belleza innegable de lo espontáneo y el pensamiento humano como nadie.

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Un director que hace más de cuarenta años no da entrevistas a ningún medio, y que se enfoca únicamente en dejar al desnudo su filosofía en merced de su arte. Un director que prefiere detenerse a mirar aves en pleno rodaje. Un director que entiende al cine como la vida misma: caótica y hermosa, quieta y desenfrenada…

Pero este director no sólo arraiga su visión a la filosofía de Heidegger basada en la relación directa que tenemos los seres humanos con nuestro entorno y la naturaleza, sino que la proyecta en los pensamientos que escuchamos de los protagonistas:

¿Qué es esta guerra en el corazón de la naturaleza?, nos dice un desorientado y desesperanzado soldado mientras abraza la idea de poder escapar de la guerra en La Delgada Línea Roja (1998), una inusual obra bélica que se atreve a explorar cómo podemos sacar belleza de un inminente caos.

Jim Caviezel en La Delgada Línea Roja (1998)

¿Será Malick un extraterrestre, alguien con una extraordinaria sensibilidad capaz de poder discernir la quietud y sabiduría de la naturaleza respecto al desastre innecesario de los conflictos bélicos? Y que mejor manera de poder responderlo que a por medio del cine. Malick es un retratista de lo simple, del positivismo, de la lucha ante la adversidad… Es de esos directores que puede hacernos sentir el contraste de las peores atrocidades plasmadas con una enorme belleza.

Ya desde sus inicios el realizador se presentaba como un transgresor, o más bien para suavizarlo, un “diferente”. Malas Tierras (1973) nos traía una suerte de versión art-house de ‘Bonnie and Clyde’ que planteaba lo que luego se confirmaría cinco años más tarde con el precioso y minimalista drama rural Días de Gloria (1978): nuestra existencia no es más que una serie de sucesos inexplicables sin guion ni planificación posible, una de la cual podemos aprender de lo sucedido pero no repararlo en un primer momento.

Esto nos ata a preguntas de carácter existencialista que abarcan mucho más de las historias propuestas por el director, y se elevan hasta alcanzar cuestiones filosóficas que todos nos planteamos en el día a día, sin importar nacionalidad, cultura o religión. ¿A qué vinimos a este planeta? ¿Para qué hacer lo que hacemos? ¿Cuál es el sentido del “fin”, si en el medio sólo nos encontramos ante dudas e incertidumbres?

Days of Heaven (1978)

Y así como el director nos pregunta mediante sus películas, también se lo hace a él mismo. Veinte años pasaron entre aquel drama protagonizado por un joven Richard Gere y La Delgada Línea Roja. ¿Qué fue lo que hizo durante ese tiempo? Si uno indaga brevemente en su trabajo en el área audiovisual, puede encontrar que no hizo absolutamente nada relacionado al medio durante esas dos décadas. ¿Estaría vagando, distrayéndose con el canto de los pájaros…sumido en una crisis?

Que interesante resulta ser lo acostumbrados que estamos los espectadores, los consumidores, a pensar que si un artista del cine no estrena una película cada dos o tres años no es digno de seguir, de admirar…

Pero hay algo en el inconsciente colectivo que está cambiando, en la percepción del espectador. Por ejemplo este año, con el estreno de ‘Cerrar Los Ojos’, el triunfante regreso del director español Víctor Erice tras más de 30 años sin dirigir un largometraje, se dio un fenómeno que cuestionó (y cuestiona) estas actitudes y comportamientos: no sólo el cineasta vasco demostró estar más intacto que nunca, sino que aludió a su propia historia como realizador para contagiar a esa sensibilidad que hace falta en la audiencia.

Christian Bale en Knight of Cups (2015)

Entonces, más bien la pregunta no sería ¿Estaría vagando, distrayéndose con el canto de los pájaros…sumido en una crisis?, sino más bien: ¿Qué es lo qué constantemente está buscando Terrence Malick?


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