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'Los Delincuentes' es un Anormal Canto a la Libertad en Tiempos Anormales | Review

POR JERÓNIMO CASCO

24 de OCTUBRE del 2023, 18.20 PM | UTC-GMT -3

'Los Delincuentes' es un Anormal Canto a la Libertad en Tiempos Anormales | Review

¿Tres años y medio en la cárcel o veinticinco en el banco? El dilema que le plantea Morán a Román, ambos trabajadores de un banco no tan reconocido con sede en el corazón de la Capital Federal, es uno con el que varios de los argentinos podemos encontrar un inmediato paralelismo. Es más, podríamos decir que en realidad forma parte del ADN porteño eso de querer desaparecer. Muchas personas se sienten distanciadas de su realidad, y en un abrir y cerrar de ojos sin que lo notemos hacen el famoso “clic”, y desaparecen (metafóricamente), cual tierra se los tragase.

Este dilema deja de serlo para transformarse en una realidad en los primeros quince minutos de Los Delincuentes, el nuevo viaje criminalístico/espiritual del realizador argentino Rodrigo Moreno que tuvo su paso por varios festivales este año, siendo elogiado en el Festival de Cannes llevado a cabo en mayo de este año, y que hace unos días fue la seleccionada por la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas para representar al país en los siguientes Premios Oscar.

Morán (Daniel Elías) es el autor material e intelectual del hecho delictivo del cual se desencadena rápidamente el conflicto en la película, un hombre absorto en su rutina, observador y de pocas palabras. Un día como cualquier otro, inmerso en la rutina, decide calcular cuánto dinero ganaría en veinte años y lo multiplica por dos, al ver a su compañero Román (Esteban Bigliardi) que deja el trabajo para sacarse un cuello ortopédico. Esa misma noche lo llama y se encuentran en una famosa pizzería. Entre el bullicio de la gente comiendo su porción de muzzarella como escenario ideal le plantea un plan ideal: en un bolso que está debajo de él tiene 625 mil dólares que robó del banco para repartir a la mitad entre los dos, con la única condición de que Román los guarde durante tres años y medio (el tiempo que según Morán va a estar en la cárcel por confesar el delito) para luego dividirlo entre ellos y vivir una vida tranquila sin tener que trabajar.

Al principio esto a Román le parece una ridiculez, pero la idea de ambos poder salirse con la suya va surgiendo efecto. Uno de los tantos aciertos de la película recae en el hecho de que el director nos lleva de las narices como audiencia por donde quiere. Si en el comienzo Los Delincuentes parece una cinta de atracos de principios de siglo al mejor estilo Nueve reinas, inmediatamente se transforma en un thriller de investigación con ligeros toques de comedia para luego convertirse en una road-buddy movie y finalmente coronarse como una oda a la libertad.

¿Cómo es posible contener tantos estilos, tonos y atmósferas en un mismo relato sin transmitir la sensación de que todo se está yendo por la borda? Moreno claramente conoce los códigos del particular cine que mezcla géneros, y los endulza con nostalgia y una simpleza en la puesta en escena digna de admiración. Entiende que a veces, la vida es una constante sucesión de inesperados eventos que pueden desembocar en amargos o dulces destinos.

La idea de Morán de deshacerse de la rutina engañando al sistema para tener una vida sin planes se desvanece: eligiendo aleatoriamente algún lugar para pasar el resto de sus días llega a un desconocido lugar en Córdoba, donde también encuentra el amor de una joven, y la vida vuelve a ser un plan. Esta doble moral del personaje (uno que pareciera querer una vida donde reine el libre albedrío y a su vez se contradice a él mismo diciendo que ya dejó de fumar con un cigarrillo en mano) se encuentra en sintonía a la vida de Román, un hombre apaciguado y paciente que pareciera no querer deshacerse de su rutina pero que al generar complicidad con el plan de Morán se encuentra ante el hecho de que otra vida es posible.

Estos dos caminos convergen en el personaje de Norma (nótese también como los nombres de los personajes contienen las mismas letras en una especie de analogía alfabética, dándonos a entender que a pesar de las diferencias individuales viven en un mismo universo), el interés romántico de ambos sin saberlo sólo hasta el final. Ahora bien, ¿Esto que nos quiere decir?¿Son Morán y Román el mismo personaje? Claramente desde una lectura psicológica no, pero si desde una lectura sociológica. Sus cuerpos ¿victimas? de la presión socio-capitalista les obligan a tener que vivir cierto modo de vida pero sus mentes quieren otra cosa: libertad.

En tiempos de convulsión, fiebre y frenesí social en la Argentina, Los Delincuentes se siente como el verdadero presente. “Yo soy un hombre bueno”, dice Pappo en la canción El Viejo del disco Pappo's Blues, uno que le hace escuchar Morán a Norma. Escondido en ese estribillo se encuentra la esencia de esta cinta: acá no hay héroes ni villanos, son solo personas comunes, con sus virtudes y defectos. Estamos en una área gris.


CONCLUSIÓN:

“Parte de la nueva ola del cine argentino se encuentra ungida en Los Delincuentes, una película anormal en tiempos anormales. Discreta y disruptiva a la vez, esta historia sobre un simple atraco se transforma en un canto a la vida, al amor y un grito desesperado a la libertad. Necesaria desde los rincones más ocultos del ADN argentino que piden un cambio.”

PUNTAJE: 8.2 de 10


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