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¿Que pasó con Sex Education? Pensamientos de la 4ta y Última Temporada

POR JERÓNIMO CASCO

25 DE SEPTIEMBRE, 14.22 PM | UTC-GMT -3

¿Que pasó con Sex Education? Pensamientos de la 4ta y Última Temporada

En el año 2019 se estrenaba sin muchas expectativas una serie en Netflix que traía de vuelta a la actriz Gillian Anderson (la de Los Expedientes X) al protagonismo en series después de mucho tiempo en una historia sobre la inevitable influencia de la sexualidad en los adolescentes, particularmente haciendo hincapié en la familia Milburn, conformada por una madre que a su vez actúa de consejera sexual, (Anderson) y su hijo Otis (Asa Butterfield), que parece seguir sus pasos a una temprana edad.

Cuatro años después del estreno, y con varias relaciones que dieron ideas y vueltas, nuevos personajes, personajes que dejaron su marca y mucho pero mucho… de eso, Sex Education llegó a su final. Pero, ¿es el final que nos merecíamos, o el que realmente tenía que tener? Quédate en este artículo que te cuento 3 RAZONES de porqué tal vez lo mejor para la serie tendría que haber sido seguir en otra temporada, o cambiarle el tono, o tener otro final.

*CUIDADO: HAY SPOILERS

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Fuente: Samuel Taylor/Netflix

1. FALTA DE ARMONÍA Y TONO

Si hay algo que siempre caracterizó a Sex Education fue el tono ácido, irreverente, desopilante y bizarro que tuvo. Digamos que en esta cuarta temporada todo comenzó bastante bien, esa distancia entre Otis y Maeve, y cómo comienzan a experimentar una especie de sexualidad virtual mediante un coqueteo con fotos subidas de tono era algo de esperarse para una serie como ésta.

Pero a medida que pasaban los capítulos había algo que me faltaba…

Si en teoría estamos en una cuarta temporada, y ya desde la primera se tocaban temas tan tabú para la sociedad, se supone que estos personajes (a diferencia de una serie como Heartstopper, que está ambientada en la misma etapa adolescente, pero enfocada de un modo muy diferente, más “inocente” digamos) ya pasaron bastante a pesar de ser muy jóvenes, y en la cuarta temporada no se ve un crecimiento.

El problema principal de la serie fue no enfocarla primordialmente en los personajes, y si en su contexto. Un error que nos habla de cómo hoy en día en el intento de querer abarcar a la mayor cantidad de masas se crea algo con la precaución constante de no querer herir a nadie. Y eso en un principio a la serie mucho no le interesaba. En las temporadas anteriores el desarrollo de todos los personajes involucrados era más rico, más profundo, se sentía más orgánico (siendo tantos), pero acá faltó algo de esa chispa. OJO. No es que la serie haya sido una absoluto desastre, pero la vara tras las últimas tres temporadas estaba muy alta.


Fuente: Samuel Taylor/Netflix

2. DEMASIADO INCLUSIVA A LA FUERZA

Eso fue, en parte, lo que sentía al verla. Entiendo que en los tiempos que corren la diversidad de género, la igualdad y todo lo relacionado es importante, pero no cuando se incluye por el mero propósito de hacerlo. Demasiadas subtramas con mensajes de empoderamiento, rechazo a la toxicidad y “se quién quieras ser no, quién te obligan a ser” que (ojo, REPITO, está buenísimo que lo hagan) me sacaron de la historia.

Otis y Maeve no tuvieron el final que se merecían, me dejaron con ganas de más, Eric quizás el personaje protagonista que mejor cerró su círculo de aprendizaje y autodescubrimiento con esas raras visiones (producto de no me acuerdo bien qué, ¿se había drogado?) que tenía, varios personajes para el olvido, una reconciliación entre padre e hijo como la de Adam y Michael básica y pobremente desarrollada, quizás lo de Isaac y Aimee era lindo pero también se sintió “sacado de la galera”.

Entre todo este enredo y sinfín de personajes, y haciendo un balance de toda la serie, me quedo con ella, el mejor personaje de todos, Ruby Matthews.

Uno que nunca desencajó con el tono, con lo que se siente ser adolescente en todos sus aspectos, con ser uno mismo el refugio al no poder encajar, uno que probablemente haya tenido el mejor flashback de la serie…que resume porqué en la adolescencia somos almas en constante desequilibrio y fragilidad.


Fuente: Samuel Taylor/Netflix

3. UN MONTAJE QUE NO EMPATIZA, Y SUBTRAMAS INCONCLUSAS Y MAL DESARROLLADAS

Hay momentos que carecen del shock necesario, como la muerte de la mamá de Maeve que, en lugar de reflexionar sobre el momento y tratar de darle sentido lo cortan a una escena de una cita entre la hermana de Jean y un banquero. Como si de alguna manera subestimasen al espectador haciendole entender que ya empatizamos mucho con la familia de Maeve y ese “tiempo de shock” en pantalla es el suficiente para emocionarnos.

La subtrama de Adam queriendo hacer algo con su vida, mientras trata de demostrarle a su padre que quiere ser alguien y su padre a la vez demostrando interés en su hijo, todo esto con un fallido intento de demostrar la bisexualidad de Adam con una joven que trabaja en una granja, que ni siquiera se llega a demostrar.

Así como esos ejemplos, hay varias capas narrativas que podrían haber sido potencialmente interesantes y que sin embargo no llegan a ningún lado.


CONCLUSIÓN:

“La cuarta temporada de Sex Education falla en querer ser DEMASIADO inclusiva y demasiado complaciente para todo el mundo. El desarrollo de los personajes decayó un poco, pero la esencia de la serie no. Había potencial para otro final, o para otra temporada, dejando un sabor algo agridulce. ”

PUNTAJE: 6.9 de 10


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