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Crecer ya no es para adolescentes: los late-coming of age

El coming of age es un subgénero del cine y la literatura que habla del tránsito de la adolescencia a la madurez, y que encuentra exponentes claros en films como #StandByMe, #LasVentajasDeSerInvisible, #LadyBird o #Boyhood. Pero en los últimos años, han aparecido muchas ficciones que hablan de una etapa de maduración en la vida… pero que ya no es en la adolescencia, sino en la adultez. Como si, siendo un síntoma de los tiempos modernos, el madurar se hubiera desfasado.

Consecuencia de los tiempos donde las edades se han desfasado, y donde la filosofía de vida es más de experimentación y de disfrute antes que del “sentar cabeza”, asistimos al nacimiento de los late-coming of age. Películas que nos muestran a gente en sus veinte, sus treinta y sus cuarenta que aún no saben qué quieren hacer. De qué quieren trabajar (si quieren trabajar), a quien quieren amar (si quieren amar a alguien), dónde quieren vivir, cómo lidiar con sus economías y la pulsión de ser autosuficiente, si quieren o no tener una familia y qué familia quieren tener. Personajes que deambulan en la incertidumbre, y en una incertidumbre que quizás sea inmadurez, quizás diversión, quizás improvisación o, quizás, sin más, la verdadera esencia de cómo vivir la vida.

Porque crecer, en el cine y la televisión, ya no es solo para adolescentes…

Platonic (Apple TV)

Dos viejos amigos que transitan los mid 40s se reencuentran tras muchos años sin estar en contacto. ¿Han madurado? No, aunque les han pasado cosas de adultos –Sylvia ha sido madre, Will transita un divorcio- que, no obstante, no los ha asentado del todo en la vida adulta. Y el reencuentro traerá la inmadurez total, un espiral caótico de revival de la adolescencia en el que la adultez quedará postergada, y el humor de Seth Rogen y Rose Byrne encuentra puro esplendor.

Shiva Baby (Mubi)

Da pánico ser adulto. O eso es lo que nos trata de decir Emma Seligman en este film donde una estudiante universitaria asiste a un funeral judio, y es atormentada por todas las presiones familiares y sociales posibles. “¿Por qué no tenés novio?” “¿Cuándo te recibis?” “¿Cuál es tu sexualidad?” Shiva baby desnuda el absurdo de las preguntas que la sociedad pide tener resueltas al ser adulto, y se respira abrumadora y terrorífica por momentos, y oscuramente graciosa por otros.

The worst person in the world (Prime Video)

En la misma línea, el film de Joaquim Trier nos presenta a Julie, una joven de treinta años que se enfrenta a una crisis existencial en la que se replantea su relación amorosa y su vida profesional. Además de tener un personaje con el que es imposible no empatizar en su deambular sentimental, el film de Trier nos regala secuencias maravillosamente filmadas: desde toda la secuencia de conocimiento de Julie y Elvin al ya emblemático correr por una ciudad paralizada.

Frances Ha (Internet)

Ahoy, sexy!, grita Greta Gerwig en el papel actoral de su vida como la despreocupada y alegre Frances, una joven que deambula por sus veinte/treinta años sin tener muchas certezas en la vida. No tiene un departamento. No trabaja. Va mudándose de casa en casa. Y tiene como mejor amiga a Sophie, aunque ya no se hable tanto con ella… Noah Baumbach construye un film de un tono encantador y una fotografía hermosa (y un final inolvidable) para retratar una época de la vida.

Perdidos en Tokio (Star+)

“Does it get easier?” le pregunta Charlotte a Bob, en una de las secuencias mejor dialogadas del cine reciente. Habla de la vida, de la incertidumbre que es transitar la década de los veinte y los treinta sin respuestas claras. Pero “Perdidos en Tokio” es dos coming of age de distintas edades al mismo tiempo: porque Bob también está atravesando una crisis, solo que de otra edad. Todo el cine de Sofia Coppola tiene algo de late-coming of age, de personajes que deambulan perdidos en sus crisis. Bob y Charlotte, Maria Antonieta, el Johnny de Somewhere, la Laura de On The Rocks.

Away we go (Internet)

Burt y Verona son una pareja que se preguntan si son unos fracasados porque, a sus 34 años, no tienen resueltas cosas básicas como dónde vivir, cómo vivir, de qué vivir. Se tienen el uno al otro, y tienen algo que empezará a encaminarlos: van a ser padres pronto. Sam Mendes dirige este hermoso, sensible y algo olvidado film que es una road movie en la búsqueda de dónde construir el hogar y el futuro, y un late coming of age de cómo ser padres.

Passages (Cines)

En este caso, la incertidumbre de la vida adulta está puesta en lo sexual. El film de Ira Sachs hace foco en la inmadurez de Tomás y sus idas y vueltas entre su homosexualidad tras varios años en pareja con Martin y su heterosexualidad a partir del conocer a Agatha. Hay que ver –y tolerar- la histeria y la indecisión de un personaje central que se termina volviendo bastante irritante, en una comedia que, no obstante, funciona bastante bien y ofrece un pantallazo de los vínculos modernos.

Fleabag (Prime Video)

Aunque no tan evidente como en los casos anteriores, hay algo de espíritu late-coming of age en Fleabag. Aunque no haya grandes aprendizajes emocionales, sino más bien un devenir emocional, tenemos acá un personaje que deambula por sus treinta años entre la exploración sexo-afectiva, los vínculos familiares, la incertidumbre económica y las esquirlas de un trauma reciente. Y lo hace con uno de los mejores guiones televisivos de la televisión reciente, y el desparpajo de una Phoebe Waller Bridge majestuosa.

Friends (HBO Max)

Acaso un involuntario late coming of age, debido a la extensión que el show tuvo por su éxito. 10 años en la vida de estos personajes a los que vimos pasar de veinteañeros a treintañeros, de despreocupados a adultos. Cambiaron de trabajo, de parejas, algunos fueron padres, algunos sentaron cabeza y otros no tanto… pero todos crecieron mientras el espectador gozó durante una década de la sitcom perfecta, que aún hoy sigue siendo insuperable e inolvidable.

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