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'The Idol' Review: La fama puede ser bastante cruel según Sam Levinson

Spoilers

POR JERÓNIMO CASCO

JULIO 3, 14.43 PM | UTC-GMT -3

‘THE IDOL' REVIEW: LA FAMA PUEDE SER BASTANTE CRUEL SEGÚN SAM LEVINSON

Si hay algo que no tiene discusión es el talento del director Sam Levinson para generar controversia. Quizá una buena jugada de marketing, tal vez todo el conocido detrás de escena que hubo (¿acaso eso habrá sido real?), la cuestión es que la última apuesta de HBO trajo mucho debate, y con ello personas que la disfrutaron y otras que no.

Lily Rose Depp (si, la hija de Johnny) es el alma y corazón de un relato desgarrador, crudo y sincero sobre lo que significa ser una “estrella” en el mundo de la música pop moderna. ¿Será realmente así? Es difícil siquiera hacer el intento de empatizar con alguno de los personajes que nos propone esta serie, pero si la intención era no hacerlo, salió excelente.

Desde su estreno en el Festival de Cannes se habló muy mal de la nueva producción del creador de Euphoria, y eso fue un arma de doble filo, ya que si tenemos en cuenta que quiénes hablaron de la serie pertenecen a un “supuestamente” refinado grupo de críticos y personajes del medio cuyo único propósito es alabar o cancelar todo lo que ven, sin tener un ojo realmente neutral y poder estar en ese "gris", la audiencia no se sintió muy influenciada por estos dichos, siendo honestos.

Si quieren ver algo polémico que vean Calígula o Showgirls, películas que salieron hace más de 25 años y que realmente SI son polémicas.

BIEN, ¿PERO DE QUE VA 'THE IDOL?

Jocelyn es una estrella de pop que tiene todo lo que se supone que deben tener estas figuras: fama, dinero, una mansión en Hollywood con diecisiete innecesarias habitaciones, varios representantes de todo tipo, consejeros, etc. Pero que carece de lo que muchas de estas personas suelen padecer: bienestar y estabilidad mental.

Poco a poco va cayendo en la idea de que su brillo se puede ir apagando, y en una suerte de llamada del destino se cruza con Mauricio Jackson aka Tedros (si, el cantante de The Weekend Abel Makkonen Festaye en su primer papel), un avaricioso y arrogante dueño de un club en Los Angeles que cuenta con un pasado bastante oscuro. Ah, y que tiene una cola de rata (algo que la serie repite hasta el agotamiento para darnos a entender que no es un tipo confiable).

Entre estos dos inestables personajes se inicia una relación que, como audiencia, sabemos no va a tener buen puerto. A partir de ahí se genera una histeria colectiva que parece ser apaciguada únicamente por los extravagantes artistas que Tedros “instala” en la mansión de Jocelyn.

Juegos mentales, poder, manipulación y un total desequilibrio son lo que caracterizan a esta rara cercanía amorosa que ellos mantienen, y que de algo manera va mutando a través de los cinco capítulos que componen la serie.

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Si hay algo que destacar de The Idol es el uso de la música junto a la impecable fotografía (que en parte quiere ¿homenajear? a Stanley Kubrick con esos lentos acercamientos de cámara), y las actuaciones. Lily Rose Depp encarna sobre todo desde la corporalidad el desquicie y dolor que lleva tener esa vida. Muchos dirán ¿cómo puede estar tan mal teniendo todo eso? Pero la realidad es que ser alguien tan famoso no debe ser fácil. En ese sentido la serie lo muestra bastante bien.

El personaje de The Weekend puede ser bastante irritante y repulsivo por momentos, ya que al entender que la serie quería hacernos sentir eso, otro punto en ese sentido. El resto del casting está bastante bien, se sienten muy muñecos de porcelana todos y si es que este ambiente requiere de que así lo sean, otro punto.

Pero también hay muchísimas inconsistencias. Hay un punto en el final de la serie (SPOILER ENORME) en el que entendemos que todo esta obsesión y deseo de querer ser la mejor y no tener que fallar, y cómo todo esto lo canaliza Jocelyn viene en parte a través del dolor (y los supuestos abusos) tras la muerte de su madre.

Al final de la serie se sugiere que ella en realidad fue toda su vida una niña mimada que disfruta de haber creado un falso personaje formado por la tristeza y el abuso sólo para tomar ventaja de los medios y de su "declive" emocional, y poder ascender a la cima nuevamente.

Es ahí cuando yo me pregunto: ¿Era necesario? Si lo único que quizás nos acercaba de alguna manera a su personaje era la pérdida y el duelo, ¿Para qué mostrarnos esa mentira?¿Que me quiere decir Levinson? Si todo esto fue para decirme que lo único honesto de The Idol fue el cómo nos mostraron las cosas, y no lo realmente humanos que son, puedo decir que ahí tuvo éxito, pero eso solamente me confundió más.

CONCLUSIÓN:

En términos generales no sé muy bien cuál fue mi relación con The Idol. ¿Me gustó? ¿La odié?

Haciendo un balance y siendo totalmente honesto, creo que puedo decir que es una serie que es totalmente cruda y honesta en contarnos cuán cruel puede ser el universo de las estrellas del pop (siento un total ignorante sobre el tema como muchxs de nosotrxs), pero con la que casi no pude identificarme ni un segundo. Una lástima.

PUNTAJE: 6.1 de 10


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