Actualmente las sagas de terror no son algo digno de merecidos aplausos. Quizás nunca lo hayan sido. Pensemos en las mejores películas del género. Como producto singular siempre fueron algo destacable, ahora bien, la sobreexplotada fórmula de querer abarcar TODO donde ya no quepa una historia digna de ser mostrada en pantalla se vio (y se ve) reflejada en varios casos: la saga The Conjuring, desencadenando un par de spin-off bastante mediocres como The Curse of La Llorona (2019) y The Nun (2018). La saga de Final Destination, con sus ridículas muertes que en un principio eran “divertidas” e inolvidables pero que con el tiempo se volvieron demasiado ridículas. O la saga de Saw, con un magnífico arranque creado por James Wan pero con secuelas olvidables.
Pero si hay una donde realmente se perdió la cuenta de la cantidad de películas que tiene, es la protagonizada por el aterrador Michael Myers y Laurie Strode.
Creada por el maestro John Carpenter, la saga HALLOWEEN comenzó en 1978 con una modesta producción que contaba la historia de Laurie Strode (Jamie Lee Curtis), una joven estudiante y residente de Haddonfield, una ciudad que se ve acechada por la llegada de un despiadado e invencible asesino enmascarado.
El éxito fue rotundo (la película tuvo un presupuesto de US$ 325 mil dólares y una taquilla a nivel global de US$ 47 millones de dólares) y la secuela era inevitable. Y así llego Halloween II, Halloween III, y una infinita sucesión de muertes, resurrecciones y una narrativa sinsentido que le quitaban crédito al legado de Carpenter ya que el realizador solo dirigió la primera.
En el año 2017 la actriz anunció que volvería a su icónico papel de Laurie Strode y David Gordon Green (Joe, George Washington, Stronger) sería el director responsable de traer la vuelta de Michael Myers a la pantalla grande en una especie de reboot de la saga, situando la historia 40 años después de la primer entrega y olvidando todo lo acontecido en las secuelas.
HALLOWEEN (2018) fue un gran reinicio no sólo en números sino que también era aplaudida dentro del fandom, recalcando la brutalidad y el esperado reencuentro de Laurie con Michael una vez más.
HALLOWEEN KILLS (2021), nos introducía inmediatamente en los sucesos posteriores al final del reboot. La película tuvo una pésima recepción, aun cuando la película destacaba por sus alocadas e imaginativas muertes, la saga mostraba el deterioro desde su aspecto narrativo.
HALLOWEEN ENDS (2022) tiene la misma formula de su predecesora. Sumerge de lleno en los sucesos acontecidos en Halloween Kills pero con el ingrediente quizás más interesante de toda la trilogía: nos introduce al personaje de Corey Cunningham, un muchacho introvertido y temeroso que busca su salida del pueblo para poder crecer.
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Es en los primeros minuto donde sucede lo que será el detonante de la película: Corey va al hogar de los Allen para cuidar a Jeremy mientras ellos pasan el rato en una fiesta de Halloween. El niño le juega una trampa y encierra a Corey en el ático, y él, al principio tranquilo pero luego desesperado, patea la puerta, empujando a Jeremy al vacío. Los padres justo vuelven (cliché perdonado) y ven toda la escena. Créditos iniciales con la música original compuesta por el grandísimo Carpenter y una calabaza de Halloween que muestra diferentes “rostros”.
¿Que es el mal?¿Es algo que todos tenemos dentro o es algo que está por ahí, volando, esperando a meterse dentro de alguien?
El principal problema de la ¿última entrega de la saga? es que podría haber funcionado a la perfección como spin-off, como serie, como cortometraje, como documental, como todo eso, pero menos como película que su título sea Halloween Ends.
La historia de Corey es realmente atrapante. Hay algo dentro de él que se está gestando y no sabemos si es voluntario, si siempre estuvo ahí y ahora sale a flote, o hay algo externo que lo provoque. Ese aire lleno de dudas y oscuridad (y también alimentado por lo ocurrido con Jeremy y la relación con su madre que roza al mejor Norman Bates) nos introduce en la mente de alguien que luego de matar (por más involuntariamente que haya sido eso) ya no puede ser la misma persona.
Peeeeeero…
Corey se ve de alguna manera sometido ante el mal que representa, la “infección” que supone el personaje de Michael Myers y encuentra en él algo de lo que no puede desarraigarse. Esa duda inicial que plantea la película se ve manchada por un relato inconsistente que mezcla la historia de Corey en relación al mal, con la obsesiva y necesaria idea de Laurie de deshacerse de Michael para siempre, por más que siempre lo busque.
El grave error de la película fue tener una idea de base brillante, pero erróneamente mezclarla con otras temáticas que no suman. Quizás si la película se hubiera llamado de otra manera, no estaría escribiendo esto. Pero esto es Halloween Ends.
Está disponible en Hbo Max para que saquen sus propias conclusiones.
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