Willem Dafoe y Robert Pattinson protagonizan The Lighthouse
POR JERÓNIMO CASCO
19 de MAYO del 2023, 11.57 AM | UTC-GMT -3
Ya pasaron cuatro años del estreno en el Festival de Cannes de la segunda película en la filmografía del entonces joven (y ahora reconocido) director Robert Eggers: THE LIGHTHOUSE.
Este clásico instantáneo con tintes góticos y una atmósfera que mezcla surrealismo, algo del expresionismo alemán y pinceladas de los relatos de H.P. Lovecraft cuenta la historia ambienta a finales del siglo XX sobre dos cuidadores de un faro (Robert Pattinson como Ephraim Winslow y Willem Dafoe como Thomas Wake) en una isla remota que, tras una tormenta, no consiguen escapatoria del lugar ni de su propio descenso a la locura.
Con dos actores de renombre, una sola locación y una sirena, el realizador estadounidense se las ingenió para crear una de las películas más inquietantes y analizables de los últimos años. Hay todo un misterio y misticismo que rodea a ‘The Lighthouse’ que la convierten en una experiencia inolvidable: Es una película tensa, llena de simbolismos, folklore, exploración de una cultura y época prácticamente desconocida, es un estudio de personaje (de dos en realidad), fantasiosa, erótica, plagada de referencias de todo tipo… y hasta se atreve a ser cómica por momentos.
Para arrancar, hay que hablar de las actuaciones: Robert Pattinson y Willem Dafoe crearon uno de los duelos psicológicos más intensos y ambiguos entre dos personajes que pueda existir en el cine. La mezcla de tensión en el diálogo, el rango actoral de los dos actores y la profundidad de ambas caracterizaciones son gran parte del atractivo de una película que es ÚNICA en su especie.
No hay título que se le acerque o que pretenda acercarse a lo creado por Eggers con esta cinta (ni tampoco creo que alguien lo quiera intentar). El nivel de investigación y pasión por el proyecto recuerda al modus operandi de un director como lo fue Stanley Kubrick, obsesionado por el detalle y por la creación de micro universos.
En ‘The Lighthouse’, a pesar de la autenticidad y el acercamiento a la época que quería (y exitosamente logro) evocar el director, hay ciertos elementos que remiten a la inspiración, porque de eso se trata el cine: las historias ya están (casi) todas contadas, lo que hace diferente a una película es cómo la cuenta.
ENTONCES, ¿PORQUÉ THE LIGHTHOUSE RESULTA TAN FAMILIAR?
A pesar de ser un relato inspirado en una historia real, hondaremos un poco en cómo el director Robert Eggers se inspiró en distintos mitos, películas, archivos y escritos para dar luz al mundo de ‘The Lighthouse’.
The Shining es probablemente la referencia cinematográfica más representativa en The Lighthouse
THE SHINING
Probablemente la referencia más clara en cuanto al cine que bebe esta película es la obra maestra de Stanley Kubrick, The Shining ('El Resplandor', 1980).Y no sólo lo es por los planos (casi) calcados en determinados momentos, sino por la forma en la que la historia desciende a los rincones más oscuros de sus protagonistas, y por cómo la ambigüedad de lo narrado mete al espectador en un espiral de dudas y cuestionamientos que provocan teorías y ganas de más.
Tanto en The Lighthouse como en The Shining como audiencia sabemos que algo malo va a suceder, sólo que no sabemos cuándo ni como. Ambos personajes principales, Thomas Howard como Jack Torrance, cuentan con un pasado bastante turbulento que no les permite seguir adelante. Ellos tratan. Piensan que mudarse a algún lugar les llenará de esperanza, quieren comenzar de nuevo. Pero los demonios del pasado vuelven en forma de retorcidas visiones gracias al aislamiento y la soledad.
LA MITOLOGÍA GRIEGA COMO SIMBOLISMO
El mito más cercano a lo acontecido en la película, y en el que abarca temas como la culpa y el eterno castigo son el de Proteo y Prometeo: uno dios, conocedor y guardián de los mares, y el otro, famoso por robar el fuego de los dioses y entregárselo como ofrenda a los terrícolas.
Estos dos mitos son incorporados a la película como parte de una sola historia muy inteligentemente. Es la culpa de Ephraim (Pattinson) por un accidente ocurrido lo que le carcome la cabeza día y noche, y la ambición por llegar a ese llamado “fuego de los dioses” (que sería la luz del faro) lo que provocan que tenga el peor de los finales: ser carcomido por unas gaviotas, las mismas a las que él tanto detestaba.
Por su parte, el mito de Proteo está enfocado en el personaje de Thomas Wake (Dafoe): él es puro conocimiento, no desea ni piensa en compartirlo, su experiencia y arrogancia valen más que cualquier joven espíritu que se le cruce, y eso se lo hace saber desde su primer conversación con Ephraim.
Thomas Wake representa la peor clase de toxicidad: es el faro lo que (según él) lo empodera y lo hace único en su especie. Un insoportable cuentacuentos que se hace eco de sus proezas, dignas de todo un hombre de mar.
Un encantador pero manipulador ser humano, que puede ser tanto tu mejor amigo como tu peor enemigo. Es él quien transforma, en conjunto con el aislamiento, a Ephraim y lo entierran en su peor abismo. No hay salida. Ya todo está perdido para ellos.
En el mejor monólogo en una película del siglo XXI, Wake se declara como una fuerza arrolladora de la naturaleza ante un indefenso Ephraim que, borracho y cansado, le manifiesta su disgusto por la comida que prepara Wake, mostrándonos en esta escena la capacidad tanto en el rango actoral de un desatado Dafoe como en la precisa dirección de Eggers para crear un tono lúgubre, denso, con tintes góticos y espeluznantes, pero también cómico. Narrado sin parar y con un actor que no parpadea ni por un instante. Genialidad pura.
¡Hark Tritón, hark! ¡A continuación, dile a nuestro padre, el Rey del Mar, que se levante de las profundidades completamente sucio en su furia! Olas negras llenas de espuma de sal para sofocar esta boca joven con limo picante, para ahogarte, hinchando tus órganos hasta que te vuelvas azul e hinchado con sentina y salmuera y no puedas gritar más, solo cuando él, coronado en conchas de berberecho con cola de tentáculo deslizante y barba humeante toma su brazo caído con aletas, su tridente de coral chilla banshee-como en la tempestad y se sumerge a través de tu garganta, estallando vosotros - una vejiga abultada no más, pero una película sangrienta estallada ahora y nada para que las arpías y las almas de los marineros muertos picoteen, y arañen, y se alimenten solo para ser lapeadas y tragadas por las infinitas aguas del mismo Emperador Temible, olvidadas por cualquier hombre, por cualquier tiempo, olvidado a cualquier dios o diablo, olvidado incluso al mar, por cualquier cosa por parte de Winslow, incluso cualquier escantillón de tu alma ya no es Winslow, ¡pero ahora es el mar!
LITERATURA
Las novelas y ensayos de los escritores Herman Melville (Moby Dick) y Robert Louis Stevenson (El Extraño Caso del Dr. Jekyll y el señor Hyde) fueron clave en la construcción de la ambientación adecuada para The Lighthouse. Uno de los aspectos más llamativos del cine de Robert Eggers es la precisión histórica en sus cintas, habiendo quedado demostrado en su primer e impresionantemente terrorífica The Witch.
Pero la verdadera inspiradora de los diálogos y de la dirección de arte en esta fue la escritora Sarah Orne Jewett, una autora radicada en Maine (USA) que escribía en el momento en el que la película está ambientada. Ella entrevistaba a marineros, campesinos y granjeros de la zona, para luego trascribirlo en ensayos. Con este material el director comenzó a entender la sintaxis y la estructura narrativa.
Así fue como gracias al exhaustivo trabajo de investigación se lograron diálogos que remiten a la época, dándole forma a una atmósfera única.
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