Experimentación y libertad, el cine de Narcisa Hirsch.

Una mezcla imágenes abstractas, superposiciones y primeros planos de caracter surrealista con una gran boca en primer plano mientras se come un hígado crudo y luego una tarjeta postal. Todo esto mientras se escuchan canciones napolitanas. El resultado es una pieza única del cine experimental argentino dirigida por Narcisa Hirsch donde se conjugan la transgresión y la sensibilidad.

Un primerísimo primer plano en fuera de foco que lentamente se aleja en un zoom cauto hasta develar en la imagen general un tocadiscos en funcionamiento. Del dispositivo emerge el sonido de una frase, es la grabación de 1966 del músico Steve Reich, que se va desfasando electrónicamente hasta volverse borrosa y desaparecer, realizando un movimiento inverso al de la imagen.

Narcisa Hirsch, Marie Louise Alemann y Walther Mejía realizaron un happening en Buenos Aires un happening en el que repartieron cientos de manzana a las personas que pasaban. Este documental es el registro de esa obra de arte efímero sucedido en la esquina de Florida y Diagonal Norte en 1968.

Personas, objetos, escenas dispares, colores y texturas. Una compilación de imágenes reunidas a modo de collage por la directora Narcisa Hirsch.

Narcisa Hirsch, directora y voz de esta pieza, narra a un hombre el espacio de un taller que no muestra. En su lugar, enseña una pared cubierta de imágenes a modo de collage.

La vida interior como una habitación que se recorre en pausa y una voz que ingresa lejana. El retrato de vida de una artista es un camino por los espacios y personas que la habitaron ¿La conclusión? La fantasía de un entierro poético.

En una habitación cerrada, una joven pareja se relaciona en silencio mientras ella rememora su vida desde su nacimiento hasta su primer amor. La película captura tanto la intimidad de sus vínculos como la aspereza del paisaje patagónico, donde el frío y la soledad contrastan con el calor de los primeros recuerdos y el resplandor de la vida emergente. A través de imágenes que mezclan lo surrealista y lo familiar, la historia revela cómo los lazos familiares pueden ser un ancla frente a la oscuridad que acecha en el fondo de cada memoria.

Orélie Antoine de Tounens fue un explorador francés que se autoproclamó rey de la Patagonia y Araucanía. Narcisa Hirsch viajó al sur de la Argentina para realizar su lectura de la mítica historia.

Ana es una. Una Ana, dividida en dos vertientes. Dos aspectos de una mujer.

Un hombre vuelve a su hogar vencido por la guerra. La película busca retratar el fin de las batallas así como el fin de las ideologías, constituyendo un homenaje a los hombres desde la mirada de la mujer artista; la observadora conmovida por el dolor del hombre herido en cuerpo y alma.