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La sombra de Hezbolá se cierne sobre la explosión en el puerto de Beirut el 4 de agosto de 2020 y la investigación parece imposible. Como si esta organización islamista estuviera protegida por una impunidad divina. Durante 40 años, sus militantes se han infiltrado en todos los mecanismos del Estado libanés y han desafiado a la justicia. De fe chiita, sueñan con instaurar la ley religiosa, la sharia, como en Irán. Sin embargo, a mediados de la década de 2000, un puñado de policías de la DEA, la agencia antidrogas estadounidense, intentó en el mayor secreto de los casos acabar con Hezbolá. El nombre en clave de su operación: Cassandre. Su investigación comienza en Estados Unidos, sobre las ruinas aún humeantes del World Trade Center. La serie Hezbolá, la investigación prohibida cuenta la historia de cómo Hezbolá, el "partido de Dios", ha construido pacientemente un Estado dentro del Estado en el Líbano, la "Hezbolá-tierra", jugando con sus múltiples caras.