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Una de las desgracias de Boris Vian, y una desgracia para quienes lo aman, es nacer y, sobre todo, estar muerto demasiado pronto para haber conocido la nueva ola. Le vimos actor en 'Un amor de bolsillo' y 'La edad de Bel', de Pierre Kast, en 'Las amistades peligrosas de 1960', de Roger Vadim, donde desempeñó el papel de Prévan, que le quedó como anillo al dedo. Su amigo Prévert le había diseñado el papel de cardenal en "Notre-Dame de Paris" de Delannoy. Pero Boris nunca se atrevió a poner en escena lo que había escrito para la pantalla: creía que la cosa era imposible.