L'invité du dimanche (1968)

"L'Invité Du Dimanche" (La invitación del domingo) fue un programa innovador porque rehabilitó la transmisión en vivo que había caído en desuso desde la llegada de los programas grabados. Un directo que no es sólo un medio de transmisión, sino también fingido, que no muestra el acontecimiento, sino que lo provoca..., con todos los riesgos que ello implica, y las felices sorpresas -llamadas también el "milagro"- que puede resultar de esto. El programa se retransmitía de forma ininterrumpida los domingos por la tarde, permitiendo un encuentro en torno a un personaje. El Huésped, durante cuatro horas, confrontó sus ideas, descubrió un flechazo, una discusión casual.