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Tres parejas de celebridades fueron panelistas. Primero, las esposas o los esposos saldrían del escenario y usarían audífonos; sus cónyuges permanecerían en el escenario. A través de un circuito cerrado de televisión, a los cónyuges secuestrados se les hacía una pregunta sobre el matrimonio, el sexo u otras preguntas embarazosas, y luego se les dejaba reflexionar. Su cónyuge en el escenario luego respondería cómo pensaban que respondería su cónyuge. Uno por uno, se les preguntó su respuesta. Después de que los tres respondieran, los que acertaron ganaron una parte de $150. Después de dos preguntas, los cónyuges cambiaron de lugar para dos preguntas más, siendo la última una pregunta de $300. Al final, la pareja con más dinero ganó $1000 extra. Luego, este bote se dividió entre la tercera parte de la audiencia del estudio frente a ellos: rojo, amarillo (plátano) o azul.