Bunker, le cirque (2002)

Poderes de la sombra, testaferros, luchas encarnizadas, manipulaciones y cabezas sacrificadas en el altar del poder: estas son las fuerzas principales ante la presencia de Bunker, cuyo centro neurálgico es la oficina del primer ministro Christophe Lacroix. Un ex banquero, Lacroix la mayoría de las veces camina sobre la cuerda floja; por lo tanto, debe confiar en el director de comunicaciones, Mathieu Prescott. En un universo donde los rumores literalmente toman forma humana y se propagan a través de los pasillos del poder, Prescott a veces debe poner su conciencia en un segundo plano a favor de su trabajo.