Don't Blame the Koalas (2002)

En Inglaterra, una viuda recientemente fallecida y sus dos hijos descubren que han heredado una propiedad en Australia. Con cierta renuencia, se dirigen a Australia para reclamar su herencia solo para descubrir que la rentable estación de ovejas que han imaginado es, de hecho, un parque de vida silvestre bastante alejado del camino lleno de animales nativos australianos. Lo que es más, también tiene ocupantes humanos: un trío de nietos lejanamente relacionado a quien se le han legado los derechos de por vida a vivir en la propiedad. Además, hay un manipulador de animales vietnamita nacido en Australia que de alguna manera es el único que tiene experiencia real en el trato con animales nativos australianos.