Eureka (2006)

Con la ayuda de Albert Einstein y otros asesores de confianza, el presidente Harry S. Truman encargó un desarrollo residencial de alto secreto en un área remota del noroeste del Pacífico, que serviría para proteger y nutrir los recursos intelectuales más valiosos de Estados Unidos, donde los más grandes pensadores de nuestra nación , los supergenios que trabajan en la próxima era de logros científicos podrían vivir y trabajar en un entorno de apoyo. Se encargó a los mejores arquitectos y urbanistas que diseñaran un lugar acogedor para que residieran estos genios superlativos, un área que ofreciera la mejor educación para sus hijos, la mejor atención médica, las mejores comodidades y calidad de vida. Se creó una comunidad para rivalizar con la más idílica de las pequeñas ciudades de Estados Unidos, con una gran diferencia: esta ciudad nunca aparecería en ningún mapa. Al menos, ninguno que no haya sido clasificado como "solo ojos" por el Pentágono.