Fernand Pouillon, Le roman d'un architecte (2003)

Construyendo edificios de piedra de sillería a bajo precio, Pouillon se hizo un nombre a finales de la década de 1940 en Aix-en-Provence y Marsella, sacudiendo a sus compañeros que solo soñaban con torres y barras de hormigón. En Argel, hasta la Independencia, construyó en un tiempo récord miles de viviendas para los más pobres, auténticos proyectos urbanos inspirados en las formas tradicionales. En la región de París, para construir edificios confortables rápido y bien, enclavados en la vegetación, se convierte en promotor: esta apuesta demasiado aventurera lo lleva a la cárcel y conserva su reputación. No muy explícito en este asunto complejo, pero seducido por una arquitectura contemporánea que combina la inventiva técnica y las referencias antiguas, Christian Meunier filma multiplicando los ángulos de visión. Las atmósferas animadas de hoy se entremezclan con imágenes de archivo, mientras se leen los escritos de Pouillon. Conmovidos, sus colaboradores evocan a un hombre exigente y generoso, con una pasión contagiosa.