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La felicidad tiñó los preparativos de la boda de Tenri hasta la noche de su ceremonia Mappacci cuando se desmayó al escuchar la noticia de que el barco que transportaba a su prometido, Iwan, se había hundido en su camino de regreso. La boda se convirtió en una ceremonia de Yasinan. Tenri se deprimió hasta el punto de casi perder la vida. Su madre lloró, besando la cara de Tenri, diciendo: "No quiero perderte, hija mía". Desde entonces, Tenri comenzó a mejorar y aceptó la propuesta de Erwin. Tenri se sintió culpable hacia Iwan. Comenzaron a prepararse para su boda cuando surgieron noticias de que habían encontrado a Iwan. La situación se complicó, pero Tenri trató de asegurarse de que su ceremonia Mappacci aún se llevara a cabo.