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El conflicto entre la población local y los inversionistas comenzó hace algunos años cuando la gente de la aldea Suna del área de Kondopoga supo que el bosque sería talado para la minería. Y ha llegado a un punto crítico cuando los madereros habían llegado al pinar. El pinar de Suna siempre fue un lugar tradicional de recolección de bayas y setas para los lugareños. Así como es habitación de líquenes raros Lobaria incluidos en la Lista Roja, sitios de hombres primitivos y líneas de trincheras de la Segunda Guerra Mundial. Pero estas cosas no detienen ni a los inversores ni al gobierno local. Y la recuperación del bosque está comenzando. El único obstáculo en el camino para lograr el objetivo es la población local: personas jubiladas que han decidido mantener el fuerte del bosque y luchar por cada jardín.