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liz,treinta y tantos,vive en su departamento en los suburbios de París con su gato y su robot mayordomo.En algún lugar entre un Golddorak pacífico y una criatura protectora de Studio Ghibli,con un mohicano punky y dos ojos LED azules,X14 se ocupa de la casa.Él es un amante de la música,cariñosa y un poco celosa.Ella es alta y delgada,de piel diáfana y mirada límpida.Ella está viviendo con un corazón artificial y esperando,más bien sin remedio,para un trasplante.Una princesa cyborg con un problema cardíaco (real).en mini shorts,medias negras y una sudadera con capucha,un arsenal electrónico de baterías atado a su torso,como Lara Croft de día y Fantomette de noche,la heroína dura va a una cita de Tinder tras otra sin mucho entusiasmo y hace frente a la vida lo mejor que puede.La tranquila rutina diaria de Liz y X14 se pone patas arriba cuando Harvey,un alocado príncipe azul de treinta y tantos,llega decidido a ocupar su lugar junto a la princesa enferma.Emulando los códigos narrativos del cuento de hadas,X14 desarrolla su trama en torno a su luchador,heroína trágica y papeles secundarios coloridos: un vecino chiflado en una búsqueda espiritual,una madre exasperante en la pantalla de un teléfono y un cirujano asmático rebosante de entusiasmo, todos ellos interpretados con fruición por Denis Lavant,Jeanne Balibar y Emmanuel Salinger.En una estética lo-fi totalmente afirmada,combinado con un estilo de edición asustadizo,La cámara de Delphine Kreuter gira,golpes,alterna entre vistas objetivas y subjetivas del robot y nos lleva de un lugar a otro en gris,París suburbano.Una intensa explosión de energía,X14 es una película tan sorprendente como explosiva,como la bola de fuego impulsada por su heroína,Kame Hame Ha,directamente de un episodio de Dragon Ball Z,que lleva la película lejos en un florecimiento final devastador.