Le taxi, le cinéma et moi (2023)

En la primera mitad de los 90, Drissa Touré era un autor en rápido ascenso, con su primer largometraje de ficción, Laada (1991), celebrando su estreno mundial en una barra lateral de Cannes, desde donde dio la vuelta al mundo, incluido Róterdam. El siguiente proyecto narrativo de Touré, Haramuya (1995), fue nuevamente bien recibido y visto ampliamente. Pero, ¿qué pasó entonces? ¿Cómo podría un cineasta obviamente talentoso de uno de los verdaderos centros del cine mundial, Burkina Faso, no encontrar los medios para continuar? ¿Cómo terminó Touré manejando una motocicleta, haciendo entregas y mandados? El hecho de que solo unos años después del lanzamiento de Haramuya, Atria, la organización donde Touré profundizó sus conocimientos técnicos de cine, se cerró cuando se cancelaron los últimos francos de apoyo sugiere que la historia de Touré es también un síntoma de algo más estructural y sombrío.