Dejad que el río fluya (2023)

Durante el verano de 1979, Ester se muda a Alta en el norte de Noruega para comenzar a enseñar en una escuela primaria. Como muchos Sámi en ese momento, está avergonzada de su herencia y oculta su etnia. Ester hace todo lo posible para encajar, incluso uniéndose a las bromas despectivas. Cuando su primo Mikkhal la lleva a un campamento junto al río Alta, donde la gente se está demostrando contra la construcción de una presa, Ester aprende cómo la lucha por el río también es una revuelta contra los años de racismo brutal y discriminación contra su pueblo. Después de una gran confrontación con la policía, Mikkhal y algunos otros Sámi deciden ir a Oslo a la huelga de hambre frente al Parlamento. Sabiendo lo que está en juego, Ester se da cuenta de que es hora de poner una posición.