Hôtel Silence (2024)

En esta oda a la resiliencia y a la vida, Jean decide emprender un viaje de ida a un país destruido por la guerra con un mínimo de equipaje y un taladro. Pero nada sale exactamente según lo planeado. Su desesperación rápidamente le parece irrisoria frente al destino de quienes lo acogen, aferrándose a la más mínima esperanza de reconstrucción. Al entrar en contacto con ellos, la urgencia de ponerle fin ya no se vuelve tan apremiante, hasta el punto de que Jean poco a poco redescubre un sentido a su existencia.