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En el verano de 2004, el público observó con incredulidad cómo la selección griega de fútbol, un país que nunca antes había ganado un solo partido en un torneo importante, derrotaba a los gigantes del fútbol mundial para convertirse en el más improbable de los campeones de Europa. El arquitecto de este triunfo sin precedentes fue el legendario entrenador de fútbol alemán "King" Otto Rehhagel. Después de lograr todos los éxitos importantes en Alemania, tomó la audaz decisión de dejar atrás todo lo que conocía y trabajar en un país extranjero con el equipo nacional griego de bajo rendimiento. Esta es la historia de cómo estas dos culturas contrastantes se unieron para hablar el mismo idioma y escribir un nuevo capítulo de la mitología griega.