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Demasiado a la derecha,demasiado a la izquierda,dice el hombre en primer plano con la cámara.Muriel Montini es una heroína,mientras mira hacia atrás en su vida,registrado en sus películas.Pero como tuvo cuidado de no estar en el centro,estas huellas autobiográficas pueden convertirse ahora en el punto de partida de la ficción,por la autoficción.Heroína periférica.Pero, ¿qué colocar en el centro?la negrura del paso del tiempo,la noche en la que tememos entrar demasiado pronto,que devora amigos y amantes,todas nuestras historias de vida.De los juncos acumulados a lo largo de los años,Muriel Montini extrae fragmentos de recuerdos,dibujo,alrededor del oscuro centro,la constelación del tiempo perdido y encontrado.Rostros a plena luz,movimientos retroiluminados,cortinas como mortajas sobre cuerpos e imágenes,fotogramas congelados que fijan el grano de la película en el polvo del olvido.Un viaje invernal a través del océano de la memoria.El montaje de apegos cultiva el secreto: sólo la intensidad,de las historias de vida sólo queda la vivacidad de los impulsos.El autorretrato se difunde a través de conversaciones amorosas,en las figuras medio oscurecidas de los transeúntes anónimos,en los rostros o pasos de otras heroínas cinematográficas: Aurore Clément filmada por Akerman,Simone Simon convirtiéndose en un gato,Domiziana Giordano mano extendida hacia un hombre que,al final de Nouvelle Vague (Nueva ola),la salva de ahogarse."Sólo el cine permite que Orfeo dé la vuelta sin matar a Eurídice".La película de Muriel Montini es una demostración vívida y melancólica del teorema de Godardian.(Cyril Neyrat)