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Los nativos de una tribu de Nueva Guinea abandonaron un día sus campos y viviendas.allanaron el terreno en un claro,Enciende fuegos,y se sentaban a esperar aviones con comida y todas esas cosas hermosas y útiles que, a menudo veían, tales "dioses" traían a los soldados blancos en su área.Incluso construyeron un avión con ramas de árboles y barro,probablemente como muestra de reconocimiento y reverencia.Se apartaron de sus tratos cotidianos;fueron pacientes y firmes para soportar una decisión que ciertamente no tomaron con prisa: una larga experiencia les había enseñado que algo completamente nuevo y desconocido estaba sucediendo que podía beneficiar su vida.Espera,pronto estuvieron al borde de la inanición.Es fácil imaginar entonces,que la administración colonial, probablemente no demasiado misericordiosa de lo contrario, decidió que sería un poco excesivo dejar morir a esas personas,y que enviaron un avión para traerles los víveres más necesarios.Cuando llegó ese avión,la conciencia nativa experimentó un triunfo cuya ironía nadie en la tribu sería capaz de comprender jamás.