Electric (2024)

La película comienza con nuestro poeta mecanografiando el texto de su radioteatro. Los médicos entran directamente en sus imaginaciones literarias y proceden a evaluar la disposición del paciente para este tratamiento radicalmente experimental. El paciente nos lleva entonces a la fragmentación y al subtexto poético, estableciendo al paciente como una cifra directa para el poeta. En el aislamiento de su oficina, Cerletti se mira en el espejo y observa profundamente su propio marco ético: desgarrado por el deseo de éxito, pero ve el potencial del fracaso y el mundo lo ve como un monstruo sin ética. A medida que la película avanza hacia el clímax del experimento, exploramos las mentes de los médicos, que en realidad son proyecciones de la mente profundamente subjetiva del paciente y el poeta, que hacen malabarismos con sus propias identidades complejas y delirios.