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En tonos de gris, las tomas tranquilas y estáticas muestran a las jóvenes visitantes de un hospital público en Argentina. Este es el lugar donde las adolescentes tienen que tomar una decisión sobre la nueva vida que crece dentro de ellas. Algunos de ellos, de hecho, a una edad muy temprana, ya han tenido hijos. Para otros, la idea de un futuro como madre es nueva y aterradora. Sin embargo, en muchos casos, abortar no es una decisión que se deba dar por sentada. Algunas de las niñas han aprendido desde la infancia que quedarse embarazada es su culpa y debe aceptar las consecuencias. Lo que saben sobre el aborto proviene de historias de horror sobre prácticas clandestinas en clínicas clandestinas. Los ginecólogos del hospital y otro personal, a quienes se puede escuchar pero no ver, preguntan a las niñas sobre su bienestar, su relación, sus lazos familiares y cómo ven el futuro, con o sin un hijo. En estas conversaciones íntimas y sin prejuicios, las chicas responden con una poderosa franqueza en sus momentos más vulnerables.