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Beethoven dijo que Bach no era un arroyo sino un mar.La música de Bach es a una pequeña película lo que un océano es a una cáscara de nuez: como no se puede contener de ninguna manera,sólo puede captarse su abstracción.El arte de la fuga,sin destino instrumental aparente y sin nombre,Bach lo deja inacabado y constituye,junto con el último,en algunas formas enigmáticas,obras (La ofrenda musical,las variaciones goldberg,Las Variaciones Canónicas...),un testamento consciente para el futuro,para la eternidad.Escapar,por su naturaleza musical,es un motor perpetuo,que no tiene fin,por lo que sólo una interrupción brusca puede acabar con él.Su incompletud es una indicación de su ilimitada plenitud.El pensamiento que se traslada al papel y vuelve a la mente del "lector" se convierte así en la síntesis perfecta del genio de Bach y de la música misma.Y como por arte de magia se puede encerrar en ese pequeño jarrón que es la linterna mágica del cine,donde también encontrarán cabida los muchos acontecimientos y los muchos lugares vividos por Bach.El otro reto es rebajar este pensamiento musical,probablemente destinado solo para el teclado,en la materialidad y concreción de los colores de todos los instrumentos posibles,como un gigantesco teclado de colores,como para hacerlo tangible y abrumadoramente visible para todos.