Dance My Doll (2022)

Una historia que gira en torno al derecho de asilo. Con humor y gran reconocimiento, las muñecas que representan a las personas que influyen, y las que se ven afectadas, por la política migratoria sueca cobran vida. En la película híbrida de Jasmijn Kooijman, nos encontramos con personas indocumentadas, activistas por los derechos de asilo y administradores de la Junta de Inmigración de Suecia. Los pequeños momentos cotidianos, desde que la vida sigue como de costumbre, se representan entre las grandes decisiones que cambian la vida y que se toman sobre la cabeza del personaje principal Ali, quien durante años ha tratado de obtener el permiso para quedarse en Suecia. No puede faltar la crítica a las estructuras sociales que hacen que la incertidumbre sea tan grande para los solicitantes de asilo, y en medio de lo peor, la película también logra ser divertida.