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Fueron las mujeres las que cerraron las puertas y lanzaron la huelga de Solidaridad cuando, un sábado de agosto de 1980, los trabajadores, satisfechos con un aumento de sueldo, interrumpieron su protesta y quisieron abandonar el astillero de Gdansk. Si no hubiera sido por la iniciativa de varias mujeres decididas, quizás no hubiera habido ningún agosto de 1980 en la historia de Polonia. Bajo la ley marcial, con los hombres en las cárceles, las mujeres asumieron su papel. No les interesaba integrarse a la estructura de poder del sindicato, ni en cargos particulares. Lo más importante era su trabajo y sus resultados. Cuando el comunismo en Polonia llegó a su fin el 4 de junio de 1989, la gran mayoría de las mujeres de Solidaridad desaparecieron del escenario político. Se dejaron olvidar cuando sus compañeros ocupaban los puestos más importantes del poder en una Polonia libre. Este documental de Marta Dzido y Piotr Sliwowski nos recuerda a estas heroínas olvidadas, dándonos una nueva perspectiva sobre los últimos 30 años de historia polaca.