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En 1971,el Sha de Irán,el autoproclamado 'rey de reyes',celebrado 2,500 años de la monarquía persa organizando la fiesta más grande de la historia.El dinero no era un problema: una lujosa ciudad de tiendas de campaña,utilizando 37 kilómetros de seda,Fue erigido en un oasis especialmente creado.El mejor restaurante del mundo en ese momento,Maxim,cerró sus puertas durante dos semanas para atender el evento,un banquete de cinco platos servido a más de sesenta reyes del mundo,reinas y presidentes,y regado con algunos de los vinos más raros conocidos por el hombre.Durante un decadente período de cinco días,Los invitados disfrutaron de un desfile de miles de soldados vestidos con trajes antiguos persas,un 'son et Lumiere' al pie del templo de Darío el Grande,y la inauguración de la Torre Azadi en Teherán,diseñado para honrar al propio Shah.Cada fiesta deja algunas resacas.Éste dejó a un país tambaleándose,para nunca recuperarse.Cristalizó la oposición,liderado por el ayatolá Jomeini.Más que cualquier otro evento,Esta fiesta marcó la ruptura entre el rey de reyes y el pueblo de Irán sobre el que reinaba.