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Antes de que abandonaran la ciudad, los generales atenienses enviaron un mensaje a Esparta. El mensajero era un ateniense llamado Pheidippides, un corredor profesional de larga distancia. Según el relato que dio a los atenienses a su regreso, Filipos se encontró con el dios Pan en el monte Parthenium, por encima de Tegea. Pan, dijo, lo llamó por su nombre y le dijo que preguntara a los atenienses por qué no le prestaban atención, a pesar de su amistad hacia ellos y el hecho de que a menudo les había sido útil en el pasado, y lo sería de nuevo en el futuro. El corredor llegó a Esparta al día siguiente de su partida de Atenas y entregó su mensaje a los espartanos. "Los hombres de Esparta" (el mensaje corría), "los atenienses les piden que los ayuden, y no se queden mientras la ciudad más antigua de Grecia es aplastada y sometida por un invasor extranjero; Porque incluso ahora Eretria ha sido esclavizada, y Grecia es la más débil por la pérdida de una ciudad fina.Los espartanos, aunque movidos por el llamamiento, y dispuestos a enviar ayuda a Atenas, no pudieron enviarla con prontitud porque no deseaban violar su ley. Era el noveno día del mes, y dijeron que no podían tomar el campo hasta que la luna estuviera llena. Así que esperaron la luna llena, y los persas fueron a Maratón."