Last Call (2021)

Mick (Jeremy Piven), una historia de éxito local y desarrollador inmobiliario, regresa a su poco convencional vecindario irlandés en las sombras de Filadelfia para un funeral y está obligado a quedarse para asegurarse de que el negocio familiar de sus padres vuelva a su curso. En medio de todo esto, se acerca más a su enamoramiento de la infancia (Taryn Manning), que también está de regreso en la ciudad, mientras soporta el constante ridículo de su antiguo equipo de la ciudad natal. A medida que Mick comienza a reconectarse con el vecindario en el que creció, se encuentra en una encrucijada cuando se ve obligado a arrasar o resucitar el bar familiar.