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La historia no contada de cómo Suecia perdió una colección de arte de clase mundial. El coleccionista de arte privado Theodor "Teto" Ahrenberg obtuvo arte directamente de artistas como Picasso, Chagall y Matisse. Se hizo amigo de la élite de artistas internacionales. Y por lo tanto desarrolló un conflicto con el establecimiento de arte sueco. El Director del Museo Moderno Pontus Hultén se convirtió en su némesis. La venganza de Theodor Ahrenberg sería crear su propio museo de arte de Estocolmo. Diseñado por el mundialmente famoso arquitecto Le Corbusier. Ese sueño se hizo añicos cuando la secretaria de Ahrenberg fue detenida en el aeropuerto de Bromma con demasiado dinero en su bolso. Cincuenta años después, los hijos de Theodor Ahrenberg y su viuda no pueden olvidar ni perdonar que el Teto fue humillado y obligado a arrodillarse ante las autoridades suecas.