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El retrato vivo de Munich, visto a través de los ojos de un estudiante estadounidense. Paseamos con él por las calles, buscamos habitación y nos matriculamos en la universidad. Tradición y modernidad se fusionan frente a nosotros; a la procesión del Corpus Christi en el centro de la ciudad le sigue un paseo por el Jardín Inglés y una borrachera en el Oktoberfest. Detrás de la cámara está Roland Klick, de 22 años, quien luego se convirtió en un gran y brillante forastero en New German Film. No es casualidad que aquí aparezca algo así como una Nouvelle Vague bávara, porque en Schwabing había cineastas jóvenes de la época a los que, a pesar de su diversidad, se les conoce como el Neue Munchner Gruppe. Se ayudan mutuamente para producir cortometrajes documentales y experimentales. Mientras que los signatarios del Manifiesto de Oberhausen quieren dar al joven cine alemán una dirección intelectual y sociopolítica, las obras de los hombres exudan un tipo diferente de impulso por la libertad.