Myra: The Making of a Monster (2003)

Cuando la asesina de los moros, Myra Hindley, murió el 15 de noviembre, era la mujer prisionera más larga de Gran Bretaña: pasó 36 años en la cárcel. Hindley fue encarcelada de por vida en 1966 por asesinar a dos niños con su amante Ian Brady. Sus cuerpos fueron enterrados en Saddleworth Moor, donde luego confesó haber matado a dos más. En Hattersley y en todo el Gran Manchester hay poca o ninguna simpatía por Hindley, quien ha sido calificado como la "personificación del mal". Algunos dicen que sus crímenes eran tan atroces que una cadena perpetua era el único castigo adecuado. Otros dicen que Hindley se había arrepentido de sus crímenes y, como personaje reformado, debería haber sido liberada.