Là où les putains n'existent pas (2018)

Eva-Maree tenía 27 años cuando fue asesinada por el padre de sus hijos durante una reunión con los servicios sociales. A pesar de un historial de violencia, se le otorgó la custodia exclusiva de los niños después de que los servicios sociales supieran que ella había trabajado anteriormente como acompañante. Se convirtió en activista por los derechos de las trabajadoras sexuales, desafiando las políticas y actitudes de Suecia hacia la prostitución. Una historia de abuso de poder.