Frozen Conflict (2018)

Tres militares vigilan el puesto fronterizo trilateral. Las partes en conflicto, Moldavia, Transnistria y Rusia están aquí bajo un mismo techo. No es una situación particularmente dramática, sino más bien una especie de espera de Godot y una parábola para la convivencia positiva de los diferentes grupos de población. Partiendo del microcosmos del post, se desarrolla una descripción del estado de una de las fronteras más extrañas del borde de Europa. La cineasta berlinesa Steffi Wurster también trabaja como escenógrafa y en sus proyectos de cine documental trata sobre lugares y sus inscripciones políticas y culturales. Por FROZEN CONFLICT recibió el Premio de Cine de Renania-Palatinado.