Frankenstein debe morir (1969)

El barón Frankenstein viaja a una nueva ciudad para encontrarse con el Dr. Brandt con quien se ha estado comunicando y con quien esperaba colaborar. Sin embargo, llega para enterarse de que Brandt está en una institución mental, habiendo perdido la cabeza por completo. Él alquila una habitación en una pensión dirigida por la joven y bonita Anna, quien resulta que está comprometida con Karl, un médico que trabaja en el manicomio donde se encuentra recluido al Dr. Brandt. Cuando Frankenstein se entera de que Karl ha estado robando drogas, lo chantajea a él y a Anna para que trabajen como sus asistentes. Está desesperado por conocer un secreto que Brandt iba a compartir con él y lo secuestra con la intención de extraer ese secreto trasplantando su cerebro a otro cuerpo.